Capítulo XXXVIII

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No pensé ni en la más remota posibilidad de que estaría justo en este momento de mi vida en el velorio de una persona importante para mi, la señora Marta fue una gran mujer pero estaba mayor y tenía problemas del corazón, así que eso nos las arrebato.

Mi pecho se siente algo vacío y todo empieza a ser real, justo acá en esta sala donde su urna decora el medio del lugar, su familia y la mía, los más cercanos a ella estamos acá y justo acá con mi mejor amiga destrozada soy consciente de que no veré más a aquella mujer que fue luz para mi y mi familia, ya no escucharé sus historias de la juventud o ya no comeré junto a Kira de sus deliciosos pasteles de limón.

Aprieto a mi amiga en un abrazo cálido, no ha querido comer mucho y ha llorado por horas, sus padres la dejan porque debe drenar todo aquello, su dolor, su pérdida pero ya es hora de que se hidrate y coma algo.

- Nena - le llamo con cariño secando mis propias lágrimas. Ella me ve con sus ojitos rojos - Vamos por jugo a la cocina

Hago que se levante y la arrastró hasta la cocina, donde la siento en una silla alta del comedor mientras yo busco jugo en el refrigerador, le sirvo un vaso y se lo paso. Su mano rodea la mía en el vaso y aprieta, le sonrió tragando mi nudo para no llorar. Ella toma el líquido del vaso poco a poco tomando más aire de lo común.

- Perdón por hacerte cuidarme, mi madre tampoco está bien para que se encargue de mi - susurra la castaña

- No es molestia, eres mi hermana, te amo y estoy para ti en todo. Mas cuando me neceseitas - le dejo un tierno beso en su mejilla. Ella sonríe pero no llega a sus ojos

- Mads me ha escrito para preguntar si estoy bien - comenta tomando lo que queda del jugo - No respondí, me cuesta

- Lo entiendo y elle lo entenderá - digo sin saber muy bien que pronombre usar. Ella suelta un ja sarcástico

- Si te escribe no le des detalles, no lo merece - pide

- De todas maneras iba hacer eso - le aseguro.

- ¿Has hablado con los chicos? - pregunta secando sus lágrimas, quiere distraerse un poco.

- Si les dije que me quede toda la noche contigo y que hoy igual estaría acá, Cerez vendrá luego y creo que Keled viene mañana - murmuró lo que habías hablado.

- Bien - murmura mirando a la nada

- Te prepararé un pan con jamón y tomates - le digo pelliscando su nariz.

- No tienes que - su voz se rompe y yo niego

- Si tengo y quiero - doy como finalizada la conversación.

[. . .]

Siendo el día siguiente, despierto a Kira para que se de un baño y así podamos estar listas para el entierro, todavía es difícil todo pero no me he separado de su lado y no lo haría. Ella es todo lo que me importa ahora.

La saco de su habitación para ir a comer algo, su madre al vernos viene para abrazarla fuerte, sonrió por eso, el apoyo familiar es lo más importante. Me siento en la mesa y tomo jugo para seguir hacia adelante

- ¡Buen día! - la presencia de Cerez llega sorprendiéndome. Este entra vestido con unos jeans negros lisos, una camisa de botones igual negra y zapatos de vestir.

Mis ojos se aguan cuando lo ve, así que no pierdo el tiempo y me bajo de la silla para ir hacia sus brazos, este me reciben sin dudar y aprisionan de manera reconfortante. Suspiro percibiendo lo bien que huele su perfume

- ¡Buen día! - dice otra voz entrando a la cocina, justo al lado de Cerez y yo.

Salgo del pecho de mi chico para ver con alegría a mi otro chico, va igual con un jeans negro, una camisa sin botones y unas vans negras, peinó algo de su cabello y no lleva los pircing está vez, se ve realmente guapo y acelera mi corazón. Cerez deshace nuestro abrazo para dejarme libre y así poder ir hasta mi chico noche.

Eres tan Gay como para ser GayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora