Capítulo XIV

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Oh querido miércoles, no me parecías tan malo porque es mitad de semana donde solo tenemos tres clases hasta medio día y luego nos dan para hacer deberes pero hoy, justo hoy Andres quiso hacer aparición, dándome un tortuoso comienzo de día

- Ay dio - me quejo mientras siento los retorcijones en mi estómago bajo, gimo de dolor cuando una punzada pega de la nada

- Ya estamos por salir de la clase, aguanta amiga, luego podrás ir a la habitación y descansar - me trata de dar ánimos Kira mientras estaba en el salón de historia

Me inclino sobre mi mesa y presionó mi brazos por sobre mi vientre. Los cólicos cada vez son peores, muerdo mi labio queriendo soltar alguna estupidez a la profesora para que deje de hablar. Me fastidia grandemente

- El segundo día es el peor - murmuró hacia mi amiga. Ella acaricia mi cabello de forma dulce

- Lo sé muñeca, lo sé - sigue dando mimos

- Señoritas Mirrez y Halmind ¿La conversación esta muy buena por allá? - la profesora camina hasta la mitad del salón viéndonos de frente. Con mi irritación al mil, no es buena idea

- La verdad es que estoy con unos doleres de ovarios que lo último que me apetece es aprenderme los nombres de viejos muertos que creían hacer un cambio en la humanidad. La cosa es que estamos del asco y puede que algunos de sus descubrimientos ahora sean útiles pero la humanidad está avanzando, puede que esos datos ya no sirvan de nada y me vale tres hectáreas escuchar de eso ahora - respondo sacando algunas risas de mis estúpidos compañeros

- Muy bien señorita revolucionaria creo que descansaria mejor esos dolores en la dirección - dice con falsa empatia

- Eso ni sentido tiene - digo rodando los ojos

- Como el que siga en mi clase. Fuera ¡Ahora! - demanda señalando la puerta. Me levanto con todo el pesar del mundo, recojo mi cuaderno sin abrir y me abro paso hacia afuera

- Cuídate - escucho que dice mi amiga

Arrastró mis pies acariciando mi vientre caliente, la fuente que me cargo de verdad me irrita, así que no hago ni el mayor caso y salgo del edificio principal para llegar a mi habitación o dulce y tranquila paz. No tardó en llegar, no me molesto en cambiarme de ropa, simplemente cambió mi toalla y me tiro en mi cama

En posición fetal trato de conciliar el sueño, dejó que mi adolorido cuerpo se relaje y suspiro con paz. Por fin, mis ojos pesan, se cierra y me arrastra la oscuridad.

Suelto un quejido al sentir que mi  brazo se durmió, no quiero cambiar de posición para que los bajones no me den tan feos pero ya no siento mi brazo, es molesto. De la nada la puerta se abre, obligando a que entre abra mis ojos que no enfocan del todo bien

- ¿Qué día es? - pregunta el que creo que es Cerez. Tonta obviamente es su voz

- Segundo día, periodo nivel casi alto - Murmuró hacia mi amigo cerrando de nuevos mis ojos

- Merda - la puerta se azota avisandome que a salido o se quedó. Abro mis ojos de nuevo verificando que efectivamente quedé sola

Ya una vez medio despierta decido voltear dándole la espalda a la puerta, recogo de nuevo mis piernas lo más que puedo hasta mi abdomen y trato de ignorar el dolor de ovarios. No sé cuando tiempo más paso pero una mano en mi hombro me obliga a acomodarme boca arriba en mi cama

- Dolly toma esto, te ayudará - escucho la voz de mi amigo en tono dulce a mi lado. Cuando abro mis ojos de nuevo, distingo a este a mi lado con una tableta de pastillas y una botella de agua

Eres tan Gay como para ser GayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora