Capítulo XXIII

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Martes; Keled tiene entrenamiento con el equipo ya que el jueves es el siguiente juego, así que es él quien se levanta primero y más atrás lo hace Cerez pero yo prefiero seguir medio muerta en las sábanas limpias de mi novio, ayer después de que Keled me dejara medio muerta, las cambio para que yo durmiera mejor.

Claro que me hicieron ver estrellas, son unos malditos buenos en todos pero lo mejor fue cuando ambos se acostaron a cada lado mío y me volvieron en un torbellino de piernas y brazos, eso definitivamente fue llegar a lo espiritual.

- Nos vemos en el almuerzo - me susurra Keled antes de irse. Sacó mi rostro de la almohada y entre abro un ojo para verlo sostener una sonrisa, parece que vio lo más tierno del mundo.

- bien, te quiero - murmuró sin despegar muchos mis labios. El peli negro deja un beso en mi cabello, espera la señal de Cerez y luego sale junto con esté.

Me cambió de posición y me doy echa gelatina.

- Llegaras tarde, mejor dicho llegaremos - de la nada soy consiente de la voz de mi novio. Mi piel se eriza cuando el frío choca contra mí

- Deja tu guebonada - gruñó malhumorada. Cerez ríe pero no me devuelve la sabana, sin embargo se echa sobre mi - Tonto

- Sei così tenero - dice sarcástico y luego de tantos años juntos puedo entender las palabras básicas o que más usa en italiano. Tierna, claro el sabe que no lo soy

- Lo sé, soy un terrón de azúcar - digo siguiéndole el juego.

- Tenemos Física avanzada ahora, no queremos que te den un castigo hoy. Yo incluso guardaré mi bromas porque Keled va a entrenar y debemos darle ánimos - me recuerda. Así que no me queda de otra que tratar de abrir mis ojos

- Pareces un bebé que acaba de nacer y no puede abrir sus ojos - se burla

- Estoy cansada chico sol - le digo moviéndome para quitarlo de mi espalda, su peso ya empieza aplastar mis senos

- ¿Chico sol? Además tu fuiste la que quisiste seguir después de mi - dice confundido y luego echándome la culpa. Claro como si a ellos fueran santos - Anímate, tengo agua y relajantes musculares para ti

- Oh que bendición eres - murmuró - y chico sol es mi apodo para ti. Por el cabello

- Eso es lindo, mucho viniendo de ti - se escucha muy feliz por eso, yo también lo estoy la verdad. Como si fuera necesario para demostrar que esta feliz, como usualmente lo hacía cuando éramos amigos, me muerde pero esta vez sube un poco más mi short corto y muerde mi trasero, aja como si fuera mi brazo o que se yo pega sus dientes en mi carne.

- El coño de la madre contigo - salto de una para patearlo pero se aleja antes que lo toque, lo mató con la mirada mientras acarició la zona afectada.

- No me pongas esa cara, ya estás despierta - señala como si no hubiera echo nada

- Ya lo estaba. Me las pagarás - amenazo - Ahora dame la pastilla por favor

Este la saca una tableta de la mesita de noche y me la pasa con la botella de agua, al tenerla en mis manos no dudo tomar todo el líquido porque mi garganta está muy seca.

- Bien ahora vamos a tu habitación, aunque te limpie con toallitas debes bañarte - me jala para sacarme de la cama pero caigo en ella de nuevo cuando mis piernas tiemblan mucho. Abro mis ojos y Cerez no puede esconder su sonrisa burlona.

- Ok dude que esto pasara - admite ahora soltando una risa. - pero pasó y es muy alentador para el ego

- Oh Cállate o no volverán a tocarme - él alza las manos en señal de rendición.

Eres tan Gay como para ser GayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora