𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒅𝒊𝒆𝒄𝒊𝒔𝒆𝒊𝒔

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♥︎ Capítulo dieciséis: Pensamientos

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♥︎ Capítulo dieciséis: Pensamientos. ♥︎

USA entró a su casa y caminó directo a su habitación. Cuando estaba a punto de llegar fue detenido por su hermano, quien traía en mano un plato con galletas caseras que tenían chips de chocolate y soltaban un dulce aroma a vainilla. Miró el rostro del canadiense, notando con facilidad su mirada decaída pero con una pequeña luz de esperanza, deseando con todas sus fuerzas que eso funcionara.

Había un completo silencio rodeandolos, solo se miraban. Pudo decifrar lo que pensaba el de cabello rojo, estaba tratando de formar alguna oración. A pesar de que había pasado horas pensando en lo que le iba a decir, ver el intimidante rostro del estadounidense hizo que se sintiera pequeño y su mente se quedara completamente en blanco.

Por otro lado, el canadiense no podía descubrir en que pensaba su hermano. Esos ojos de distinto color estaban clavados en él pero no tenían ninguna expresión, nada que pudiera calmarlo o asustarlo más de lo que estaba. Abrió un poco su boca para decir algo pero las palabras se tropezaron en su lengua, se maldijo por eso. Soltó todo el aire que tenía dentro de él para comenzar a hablar, ahora sí, sin errores.

—I made these cookies for you. If you want, don't eat them but at least accept the cookies and let me talk to you, you don't need to answer (Hice estas galletas para ti. Si quieres, no te las comas pero al menos acepta las galletas y déjame hablar contigo, no necesitas contestar)— extendió sus brazos con el plato hacia él, esperando que lo aceptara. El de cabello blanco tomó el plato y lo dejó sobre la mesa que había cerca de ellos, seguido a esto, darle un abrazo. No era un simple abrazo, era un abrazo que calmaba el huracán que había dentro del pelirrojo, esfumandose por completo. No se hizo esperar y lo abrazó también.

—Okay, don't apologize. I forgive you (Está bien, no te disculpes. Te perdono)— esas palabras provocaron un estallido de felicidad dentro de él.

—Really? (¿De verdad?)— se separó del abrazo para verlo a la cara. Debía verificar que no era ni un sueño ni una broma.

—Yes, but please, I ask you not to ask about my life (Sí, pero por favor, te pido que no preguntes por mi vida)— su voz helada y dominante lo congeló una vez más. Asintió con la cabeza, agachandola, había perdido la confianza de su hermano— Thanks for the cookies, they are my favorites (Gracias por las galletas, son mis favoritas).

Tomó el plato y continuó su camino hasta su habitación, donde dejó el plato sobre la mesa de luz y se recostó sobre la cama, abriendo las puertas de su imaginación para crear falsos escenarios. Entre esos pensamientos recordó al argentino, la enorme sonrisa que tenía, los brillantes y profundos ojos celestes, su largo y perfumado cabello del mismo color de sus ojos, la tíbia y suave piel que tenía. Aún podía escuchar su gran risa que le provocaba gracia, sin poder evitar reir por lo bajo.

De pronto y sin esperarlo, recordó que hasta hace menos de unas horas lo tenía sobre él, en un estado no muy beneficiable para su no tan limpia imaginación. Cerró sus ojos al sentir por segundos como las manos del albiceleste lo tocaban con cuidado. Recordó sus tentadores labios entreabiertos y su camiseta pegada a su cuerpo por el sudor.

♥︎ 𝑨𝒎𝒐𝒓 𝑷𝒓𝒐𝒉𝒊𝒃𝒊𝒅𝒐 ♥︎ | 𝑼𝒔𝑨𝒓𝒈.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora