𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒄𝒊𝒏𝒄𝒖𝒆𝒏𝒕𝒂

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♥︎ Capítulo cincuenta: Llorar

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♥︎ Capítulo cincuenta: Llorar. ♥︎

Argentina se dió la vuelta para abrazar a su esposo y abrió los ojos lentamente al darse cuenta de que no se encontraba a su lado. Brincó del susto y miró la hora, eran las dos de la mañana. Ni siquiera habían pasado más de 20 minutos desde la última vez que se había levantado de la cama para decirle que vaya a dormir y él todavía no había ido a la cama. Debía admitirlo, le costaba dormirse si no lo tenía a su lado. Se levantó con pereza de la cama y caminó hacia la oficina del anglosajón, parándose frente a la puerta y darle unos pequeños golpes antes de entrar. Pudo visualizarlo en su silla, escribiendo muy concentrado sobre la hoja. Se acercó hasta quedar parado a su lado, apoyó su mano sobre su hombro y lo acarició, tratando de llamar su atención.

—Amor, vamos a la cama— dijo como un niño pequeño. Al ver que no le hacía caso, se metió por debajo de la mesa para luego subir y sentarse sobre su falda, abrazandolo por el cuello, apoyando su frente en su pecho—. Ame.

—¿Qué pasa?— le dió un beso en la cabeza y continuó trabajando.

—Vamos a la cama.

—Ahora voy.

—Eso me vienes diciendo desde hace dos horas— no respondió. Movió un poco sus caderas, frotando sus intimidades, dejando chupones en su cuello mientras le hacía masajes en los hombros para que se relajara.

—Argie...— jadeó cerca de su oido, erizandole la piel. Quería terminar esa canción que tenía en mente, pero el sueño lo estaba dominando y su pareja no lo estaba ayudando.

—Vamos a la cama, Ame, tengo sueño— le susurró al oido y mordió el lóbulo de su oreja, recibiendo otro jadeo. En la cintura del argentino apoyó la mano que tenía libre y la metió por debajo de su remera para acariciar suavemente su espalda.

—Déjame terminar esto y voy.

—No, porque luego empezarás con otro y te vas a desvelar. Mañana tienes una reunion con España y tienes que estar bien descansado— le tomó el rostro con las dos manos e hizo que lo mirara—. Te ves tan cansado, mira tus ojitos. Yo no quiero que te enfermes, así que vamos a dormir y mañana te ayudo con lo que necesites, ¿si?

—Está bien, vamos— Argentina sonrió y lo abrazó por el cuello.

Se levantó de su lugar cargando a su pareja y caminó directamente a la cama. Lo recostó con cuidado y se acostó a un lado mientras bostezaba. El más bajo se acercó a él y se acurrucó en su pecho.

—Argie.

—¿Qué pasa?

—Hay algo que debo decirte.

—Dime— no habló. Levantó la cabeza y con su mano acariació su mejilla con ternura, mirandolo atentamente. USA suspiró.

—¿Recuerdas... recuerdas que hay días en que recibo llamadas constantes de una persona?— Argentina frunció el ceño, confundido por la pregunta.

♥︎ 𝑨𝒎𝒐𝒓 𝑷𝒓𝒐𝒉𝒊𝒃𝒊𝒅𝒐 ♥︎ | 𝑼𝒔𝑨𝒓𝒈.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora