♥︎ Capítulo treinta y siete: Te Buscaré. ♥︎
—Lo sé— Miró a su alrededor, notando la cantidad de premios que habían sobre una estanteria. España lo notó y sonrió, sentía que frente a él se tenía a si mismo de joven.
—¿Sabes?... cuando tenía tu edad, o quizás un poco menos, amaba cantar tanto como a tí y me enamoré, así como tú lo estás de Argentina. Lo amaba, de verdad lo amaba y sentía que no podía vivir sin estar a su lado. Sabía que él sentía lo mismo que yo, aunque no lo decía en absoluto. Solía cantarle cuando nos veíamos a solas, acariciar su suave cabello y decirle lo tanto que lo amaba, su respuesta siempre era una risita.
—¿Y qué pasó?, ¿están juntos?— España suspiró.
—No, lamentablemente. Mi padre quería que fuera abogado, así que terminé el secundario y me fuí de la casa. Él tuvo que irse del país para estudiar en una buena universidad, haciendo lo que él quería. Tiempo después, mi padre falleció y yo continué trabajando de lo que más quería. Acepté un trabajo en Madrid y tiempo después me dí cuenta que se había corrido el rumor de que se sabía mi orientación sexual y esa fue la razón por la que nadie quiso trabajar conmigo, cosas de aquellos tiempos— movía el líquido que estaba en el vaso de vídrio, mirandolo dar vueltas.
Soltó un suspiro, dejando la bebida tranquila sobre la mesa, apoyando la espalda en el respaldo de la silla, mirando los premios.
—Años más tarde, me enteré que el chico que yo amaba había regresado al país, pero se había casado y aunque sé que había sido por obligación de su padre, me dolió. Finalmente y luego de muchos años fuera de todo lo relacionado a la música, decidí ser un "cazador de talentos", ayudar a los chicos que recién empiezan su carrera, hacerlos crecer y que sean reconocidos. Ahí te encontré a tí— Estados Unidos se acercó y lo abrazó con cuidado.
—Gracias, por ayudarme a cumplir mi sueño y por contarme sobre ti.
—Es lo que deberías haber hecho antes de tomar una decisión— América rió nervioso—. Veré que puedo hacer para que esto no sea tan grave— se levantó de su lugar y tomó algunos papeles.
—¿Cómo era él?— se sentó en su lugar y lo miró atento, interesado en todo lo que hacía o decía.
—Él... era tan amable, tan tranquilo y a la vez era tan serio e insensible. Tenía un cabello lacio y azul, que me encantaba jugar con él. Sus ojos, tenía una mirada de hielo, tan profundos y llenos de sentimientos. Se iluminaban cuando se emocionaba y se prendían fuego cuando estaba molesto, de cualquier modo me encantaban verlos. Era una monada de persona.
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♥︎ 𝑨𝒎𝒐𝒓 𝑷𝒓𝒐𝒉𝒊𝒃𝒊𝒅𝒐 ♥︎ | 𝑼𝒔𝑨𝒓𝒈.
Fanfic♥︎ 𝑬𝒓𝒆𝒔 𝒖𝒏𝒂 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏𝒂 𝒕𝒂𝒏 𝒅𝒖𝒍𝒄𝒆, 𝒕𝒂𝒏 𝒂𝒎𝒂𝒃𝒍𝒆 𝒚 𝒔𝒊𝒏𝒄𝒆𝒓𝒂. ¿𝑷𝒐𝒓 𝒒𝒖é 𝒅𝒆𝒃𝒆𝒓í𝒂 𝒐𝒄𝒖𝒍𝒕𝒂𝒓 𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐 𝒑𝒐𝒓 𝒕𝒊? 𝑬𝒔𝒕𝒐𝒚 𝒅𝒊𝒔𝒑𝒖𝒆𝒔𝒕𝒐 𝒂 𝒂𝒓𝒓𝒊𝒆𝒔𝒈𝒂𝒓 𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒎á𝒔 𝒂𝒎𝒐...