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♥︎ Capítulo uno:El Comienzo. ♥︎
Una mañana soleada de verano, algo calurosa pero no lo suficiente como para que sea molesta y con el cielo celeste totalmente despejado, sonó el timbre del recreo haciendo que todos los alumnos del colegio salíeran de sus aulas para jugar con sus amigos alegremente, charlar o tomar un poco de aire en el patio y descansar de las agotadoras clases, algo de todos los días, aunque esto lo detestaba el pequeño de ojos celestes y era demasiado obvio. Para él, salir al recreo era estar escondido en cualquier lugar de la escuela para no ser molestado por los chicos, ¿la razón? su cabello que le llegaba hasta los hombros de largo. Él era un chico que se defendía con las palabras, ya que no sabía como golpear, aunque en gran parte era porque temía ser castigado y que le fuera mucho peor en casa. Mantenía una firme esperanza de que algún día eso acabaría y sería aceptado tal cual es, pero sinceramente ese día lo veía muy lejano, hasta incluso imposible.
—Aquí estás— el pequeño fue agarrado por el cuello de la remera y sin poder mover ni siquiera un músculo recibió un fuerte golpe en la boca, provocando que cayera de espalda contra el suelo con el labio roto. Este se acercó para volver a pegarle pero fue detenido por un joven de cabello blanco, que sin pensarlo lo golpeó dos veces en la cara, una seguida de la otra. Los amigos del chico se quedaron paralizados al observar esa escena.
—Both of you get out of here or I'm going to break your mouth too (los dos salgan de aquí o yo también les voy a romper la boca)— habló con firmeza, sonaba como un chico intimidante y gracias a que no podía verlo a la cara se lo imaginó como un típico bravucón de las películas.
Los chicos sin esperar ni un segundo más tomaron a su amigo y salieron corriendo. Se dió la vuelta viendo a un joven en el suelo, dandose cuenta al instante que no era de su salón. La cara del joven era tapada por su largo cabello celeste, no logrando decifrar bien quien era.
—Miss, are you okay? Come with me, I'll take you to the infirmary (Señorita, está bien? Ven conmigo, te llevaré a la enfermería).
El de cabello blanco lo tomó de la mano y sin mirarlo caminaron hacia la enfermeria. Luego de tocar la puerta tres veces, entraron pero notaron que no había absolutamente nadie en la habitación.
—In this school nobody is where they should be (en esta escuela nadie esta donde debe estar)— dijo furioso. Tomó un poco de algodón y un desinfectante que vió por ahí, se lavó rápidamente las manos y se acercó al muchacho que estaba sentado sobre la silla que se encontraba ahí, con la cabeza agachada sin mirarlo—. This doesn't hurt (Esto no duele).
Colocó un poco del desinfectante sobre el algodón para luego, con su mano libre tomarlo del mentón, levantar su cabeza y con mucha concentración colocarlo suavemente sobre la herida. Era tanta su concentración que mordía su lengua involuntariamente. Una vez que terminó tiró el algodón a la basura, seguido a eso acercarse nuevamente al pequeño, subió sus dedos índice y medio hasta su boca, les dió un pequeño beso y velozmente los colocó sobre la herida.
