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I Juntos de nuevo.
El joven albiceleste abrió los ojos lentamente, sin saber en dónde se encontraba. Poco a poco comenzó a tener consciencia del lugar, mirando hacia los lados pudo notar que era un infinito bosque, sin ningún camino hacia la ciudad o algo parecido. La luz brillante del Sol lo cegaba por completo, haciendo que volviera a cerrarlos.
Su cuerpo adolorido a duras penas podía moverse, pero esa sensación se iba con los segundos. Al cabo de unos segundos, abrió los ojos de golpe, ¿por qué estaba tirado en el suelo, con su ropa rasgada? Se miró los brazos, notando las cortaduras en su piel.
Se odiaba por haberlo visto, gritó de dolor. Comenzó a arrastrarse por el piso, sintiendo como trataban de jalarlo hacía atrás, negandose a mirar. Su respiración agitada chocaba contra el cespéd salpicado con gotas de sangre. Sus piernas temblaban y su cabeza daba vueltas. ¿Quién le había hecho esto?, ¿por qué?
Un disparó se escuchó a lo lejos, llamando su atención, alertandolo del posible peligro. Estaba asustado y perdido, no entendía nada. De la nada, escuchó una voz a los lejos, casi inaudible, poco comprensible.
Unas lagrimas brotaron de sus ojos, lo único que deseaba era irse de ahí, pero ¿realmente deseaba regresar a la realidad? Donde estaba completamente solo a pesar de la compañia, no había nadie que pudiera llenar su triste corazón, su interior. Era un ser vacío por dentro, sin ninguna luz que pudiera hacerlo cambiar de opinión. Sí, quería desparecer del mundo real, ¿pero esto era lo que lo estaba esperando? Su cuerpo se derrumbó contra el suelo, sintiendo como la sangre salía de él.
"¿Esto es lo que sentiste, amor?, ¿Esto fue lo que tuviste que soportar? Sabías que alguien te esperaba. Sabías que habian personas emocionadas por verte un viernes a la noche, a pesar de estar lejos de tí y no poder hablarte, te verían en persona, haciendo lo que realmente amabas, cumplirían su sueño de ver a su artista favorito. Sabías que yo te estaba esperando en casa, esperando eternamente un regreso tuyo, una sorpresa. Esperaba un beso tuyo, un abrazo, una caricia. Sabías que estaba esperándote para realizar nuestro día como siempre. Esos minutos que estuviste solo, agonizando, sabías todo eso y te dolía, ahora puedo entenderlo.
Deseaba conocer tu sentimiento en ese momento, pero no me esperaba que doliera demasiado.
Esperaba sentir tus últimos minutos en este mundo, pero no me imaginaba esto."
Finalmente cerró sus ojos, los cuales estaban empapados en lagrimas, dió un último respiro y se quedó ahí, aceptando su destino.
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