PRÓLOGO

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—¿Por qué somos así?

—¿Así? ¿Así cómo?

—¿Por qué no podemos ser como los demás? Adolescentes ordinarios que lo único que hacen es preocuparse por la universidad. ¿Por qué nos metemos siempre en problemas?

—Lo ordinario es aburrido. Tú y yo no somos aburridos. ¿De qué te sirve ser ordinario? Solo eres la copia de muchas otras copias que no saben cómo encontrar su propia chispa. Diana, tú y yo tenemos una chispa.

—Yo no veo ninguna.

—Pero yo sí. No somos cobardes. Somos decididos, valientes y no nos importan las consecuencias de nada. Así nos crearon y así seremos toda la vida.

Diana no separó ni un momento sus ojos del rostro de Elliot mientras meditaba lo que verdaderamente quería preguntarle. Diana no lo pensó más y se atrevió a hablar.

—¿Alguna vez has matado a alguien?

—Una vez lo intenté.

—¿Lo lograste?

—Sí.

—¿Por qué lo hiciste?

Pasó su lengua por sus labios.

—Era una mala persona y lastimó a alguien importante.

—¿Cómo es que no te atraparon?

—Manipulé su muerte para que pareciera natural.

—¿Podrías hacer algo por mí?

—Lo que sea.

—Quiero que mates al responsable.

Pasó la lengua por sus dientes y preguntó:

—¿Y yo que gano a cambio?

—A mí.

La sonrisa de Elliot estaba llena de ambición por lo que le esperaba.

El infierno que construimos [COMPLETA] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora