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Nayla y Elliot siguieron a Owen por todos los pasillos hasta llegar a la parte trasera del internado dónde se encontraba el huerto. Fue fácil distinguir a la pelirroja entre tantos alumnos gracias a que su cabello era lo más distintivo en ella. Diana estaba regando los tulipanes que Alexa había plantado para su proyecto de botánica con el profesor Damián cuando Owen la interrumpió.

—Mira esto —Le entregó la foto de la persona de bata. Diana frunció el ceño y miró a Owen con duda—. Lee lo que hay detrás.

Diana giró la fotografía y leyó lo que estaba escrito en ella. Su rostro fue cambiando conforme leía y reconocía la caligrafía. Regresó la mirada a Owen y después se percató de que Nayla y Elliot los estaban observando con bastante curiosidad. 

—¿Dónde encontraste esto?

—Wilson la tenía guardada en su caja fuerte. Nayla y yo queríamos recuperar unas cosas y la encontramos. Diana, creo que teníamos razón.

Ella mordió su labio y dejó la regadera a un lado de los tulipanes.

—Sígueme.

Diana llegó al dormitorio de chicas para rebuscar debajo de su colchón hasta que logró encontrar lo que quería mostrarle a Owen. La joven le mostró un papel arrugado y sucio con manchas de humedad el cual tenía letras escritas con un bolígrafo de color azul. Era del mismo tipo que el de la fotografía y era exactamente la misma letra.

Juro dar la espalda al paraíso con tal de que el monstruo no los case. El infierno lo construimos nosotros mismos. Aquí viven las bestias del infierno.

Leyeron Owen, Nayla y Elliot.

—Lo encontré enterrado en los tulipanes de Alexa hace dos semanas.

—¿Y por qué mierda no lo dijiste?

—Porque no comprobaba nada. Alexa era buena para inventar poemas, pensé que esa hoja era uno de ellos, pero ahora veo que me equivoqué.

—En los dos escritos habla de un monstruo —comentó Elliot.

—Tú no te metas, nuevo —exclamó Diana—. Esto es entre Owen y yo, así que les agradecería que se fueran —Señaló a Nayla y Elliot.

—Diana, pueden sernos de ayuda —La pelirroja alzó su ceja—. Nayla tiene buena memoria y Elliot convence a cualquiera de que haga lo que sea. Si seguiremos investigando el suicidio de Alexa, estoy seguro de que serán de gran ayuda.

Diana pensó por un instante. No le agradaba la idea de tener a Elliot cerca de ella después de todo lo que intentó hacerle. Sin embargo, la presencia de Nayla le venía dando igual. Y, de cierto modo, lo que decía Owen acerca de necesitarlos para el futuro tal vez era cierto.

Las piezas en el rompecabezas llamado "Suicidio de Alexa Cameron" comenzaron a tomar forma de la nada. Si quería desmentir lo que pensaba debía aceptar la propuesta de Owen acerca de los nuevos. Debía dejar a un lado su orgullo y terquedad para poder trabajar en equipo.

—Bien.

La noche llegó al internado y todos se encontraban haciendo su rutina de higiene nocturna. Diana cepillaba sus dientes mientras que Nayla volvía a darse un buen baño para quitar el olor a mostaza de su cuerpo como había aconsejado Diana por la mañana. Mientras lo hacían, a Nayla le entró la curiosidad de saber quién era Alexa Cameron y cuál era la relación que tenían ella y Owen con la fallecida.

—Era mi mejor amiga —respondió y escupió la espuma que había dentro de su boca—. Owen era el chico que la traía loca. Lo seguía a todos lados, literalmente,  era su acosadora.

El infierno que construimos [COMPLETA] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora