23.

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Como era de costumbre, Diana no concilió el sueño durante toda la noche y quería compartir lo que había descubierto con Nayla, pero la muchacha no se apareció durante toda la noche. Le hubiese preocupado su paradero si Carol no le hubiese dicho que se había quedado en la lavandería con Owen. A la mañana siguiente, esperó encontrarse con Owen en el comedor, pero no lo encontró hasta que lo visualizó en una de las bancas del salón en el que compartían una de sus clases.

—¿Mika, me dejarías hablar con Owen?

—Puedes hacerlo después de clase.

—Es importante.

Mika la ignoró bajando la mirada a sus apuntes del día.

—Oye, ¿si me ayudas? —pidió Diana a Owen.

Owen entornó los ojos y suspiró con cansancio.

—Mika linda, ¿crees que podrías irte? Necesito hablar con Diana —El chico dedicó una sonrisa encantadora a la muchacha. Entonces, Mika tomó sus cosas del pupitre y miró a Diana, molesta.

—Para tu información hay otros lugares —replicó Mika mientras pasaba al lado de Diana.

—Pues entonces toma uno —contestó la pelirroja antes de tomar asiento.

—Más vale que sea importante lo que me tengas que decir porque solo me había sentado con Mika para copiar las respuestas de sus ejercicios. Ahora ya no la tengo.

—Cállate y escucha. Anoche hablé con Emma y dijo que debemos volver al cuarto en el campanario. Ella le llama «el cuarto oscuro».

—¿Quieres volver a ese lugar? Estás bromeando, ¿no?

—No.

—Ese cuarto está lleno de cosas que no me gustan. No voy a volver ahí, Diana.

—Dijo que ahí encontraríamos las respuestas a todo.

—¿Y qué no te las pudo decir ella misma? Empiezo a creer que el torpe de Elliot tiene razón.

—¿De qué hablas?

—Se quieren hacer los interesantes como si de verdad lo fueran. Dime por qué rayos Emma no te dio esas respuestas que tanto buscamos.

—Tiene una especie de marca en su espalda baja, Owen.

—¿Y qué?

—Que es demasiado grande y gruesa. En realidad, es horrible.

—¿Una marca de nacimiento?

—No lo creo, está muy bien definida como para serlo. Es una estrella, una estrella dentro de un círculo. No existen marcas de nacimiento con ese tipo de forma —Se acercó más a Owen y susurró—. Dijo que sabía lo que iba a pasarle a Alexa.

—No jodas.

—Ella lo sabía.

Owen apretó sus dientes y sus los puños. Le molestó saber aquella noticia e iba a protestar hasta que Diana explicó:

—Me dijo que tenía miedo de salvarla.

—¿Miedo de salvar a una persona? ¿Es una maldita broma?

—Owen...

—¿Miedo? ¿Cómo vas a tener miedo de salvar a una persona? —Alzó la voz y captó la atención de algunos de sus compañeros. Diana lo tomó del brazo para advertirle que debía bajar su volumen de voz.

—¿Crees que no me molesta saberlo? Lo único que nos queda es volver al cuarto oscuro y encontrar nuestras respuestas.

—¿Confías en Emma? .

El infierno que construimos [COMPLETA] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora