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La mujer fue demasiado lenta, así que el primero en jalar el gatillo sin titubear fue el muchacho. La bala impactó justo en el centro de la frente de la mujer, provocando que su muerte fuera inmediata. Emma miró una vez más la luna y esta se tornó más roja. La muerte de Wilson había ayudado a que el eclipse lunar se volviera más rojo. Ahora solo faltaba una muerte más para terminar. Elliot aprovechó que Dexter había dejado de apuntar a Diana para ir por ella, pero no contó con que una especie de muro invisible se lo iba a impedir. El muro invisible era a causa del polvo negro que había esparcido Dexter antes de que todos llegaran. Era un polvo hecho con magia negra que él y su familia usaban cada vez que lo creían necesario.

Owen, Nayla, Emma y Adams intentaron ayudar al chico a entrar, pero ese muro invisible les impedía el paso a todos los que estaban fuera de él. Ahora solo eran Dexter y Diana en el interior, la pelirroja debía salir de ahí de alguna forma, debía quitarle el arma a Dexter y matarlo. Intentó correr, pero la cuerda que tenía en su cuello fue jalada por Dexter impidiéndole salir.

—¡Diana! —gritó Elliot a todo pulmón.

Diana cayó de espaldas en el suelo y con Dexter a metros de ella. La pelirroja se quitó la cuerda del cuello para que el pelinegro ya no pudiera jalarla de regreso, Diana intentó salir, lo intentó pero el mismo muro invisible no se lo permitía. Una línea muy delgada era la que separaba a Elliot de Diana.

—¡Nadie entra o sale sin que yo lo permita!

—Vete —dijo Diana mirando a los ojos de Elliot—. Váyanse.

Elliot negó con la cabeza una infinidad de veces.

El Rey la tomó de su cabello rojo para jalarla hacía el árbol que estaba detrás de ellos, Diana no le permitió tocarla, así que le propinó un golpe a puño cerrado directo en la cara. Casi enseguida Dexter disparó el arma en dirección a Nayla. La bala impactó en el abdomen, pero no en el de la chica, sino en el de Adams. El adulto reaccionó rápido e impidió que la bala llegara a la muchacha poniéndose él como barrera humana.

—¡Adams! —exclamó Nayla asustada. La sangre salió de a chorros por la boca del adulto mientras su camisa blanca se tornaba roja por la misma sangre que salía de su abdomen, Adams cayó al suelo encima de Nayla. Dexter siguió disparando en dirección a cada uno de los adolescentes y para poder matarlos.

Nayla usó el cadáver de Adams para cubrirse de los disparos, Owen se escondió con Emma detrás de uno de los árboles de tronco ancho y Elliot corrió para esconderse detrás de una enorme piedra. Diana embistió a Dexter para que dejara de disparar contra sus amigos y de alguna forma dejar que escaparan.

—¡Lárguense de aquí! —Una vez que Diana tuvo a Dexter en el suelo, le quitó el arma y enseguida apuntó a Dexter para dispararle. Jaló el gatillo pero no pasó nada—. ¿Qué...?

Las balas se habían terminado.

Dexter dio una patada de fuerza a la mano de Diana para que soltara el arma, debido al impacto la pelirroja retrocedió un poco cayendo de espaldas. Diana volvió su mirada al joven de ojos azules quien se abalanzó contra ella, se colocó sobre su regazo, casi en su pecho, para impedirle escapar. Dexter le dejó ver a la chica la larga cuerda que él ya tenía en su poder.

—Tú y ya, tú y ya —repetía entre dientes.

Dexter enrolló la cuerda en el cuello de Diana y comenzó a presionar para asfixiarla.

—Lar... go —intentó decir ella a los demás.

Elliot pateaba y golpeaba ese muro invisible que lo separaba de Diana. Owen, Nayla y Emma se unieron a la acción. La árabe gritaba infinidades de veces a Dexter que dejara en paz a su amiga mientras que Owen gritaba todo tipo de insultos existentes. Elliot sentía la rabia crecer en su interior al ver cómo la mujer que se había adueñado de su ser estaba siendo asfixiada a manos de un demente que creía en las brujas. En su cabeza repasaba cada forma para asesinar a Dexter, lo haría sufrir, haría que sintiera lo que él en ese preciso momento.

Las manos de Diana trataban de empujar a Dexter lejos de ella, sus piernas pataleaban en el intento de escapar y golpeó el pecho del pelinegro infinidad de veces para que la soltase, pero la fuerza que el muchacho tenía era muy distinta a la de ella. Diana comenzó a tornarse de un color morado y las venas de su frente comenzaban a sobresalir de su frente y sien. Diana comenzó a toser y a jadear, ya que sus pulmones le exigían oxígeno.

Los ojos verdes de Diana se estaban cerrando y sus manos dejaron de golpear a Dexter con fuerza, ahora solo eran pequeños toquecitos debido a que comenzaba a quedarse sin fuerzas.

Estás bien... —susurraron en el oído de la chica. Otra vez era la voz femenina.

El sonido de un disparo invadió la escena. Elliot, Owen y Nayla miraron directo a donde provenía el disparo. Emma Clarke sostenía temblorosa el arma que Wilson tenía antes de que Dexter acabara con su vida. No obstante, Emma no le dio a Dexter, sino al árbol detrás de él. Enseguida Elliot le arrebató el arma a la rubia, recargó y disparó.

Pum. Pum. Pum.

El primer disparo fue directo al pecho, el segundo a uno de sus hombros y el tercero fue un disparo limpio y preciso directo a la cabeza de Dexter. El pelinegro de ojos azules y penetrantes murió a manos de Elliot Ricci, su cuerpo cayó justo al lado del de Diana y el muro invisible que lo separaba de la muchacha se había desvanecido. Entonces, logró entrar para ver si Diana estaba bien. Owen y Nayla se encargaron de hacer a un lado el cuerpo inerte de Dexter.

—Diana —murmuró Elliot. El chico levantó el cuerpo de Diana y acercó su oreja izquierda a la nariz de la chica para poder detectar alguna respiración—. No...

Nayla soltó un mar de lágrimas y Owen la abrazó mientras se forzaba a no derrumbarse.

—¡No! ¡No! ¡No! ¡Arriba! ¡Diana, arriba!

Entonces, Emma miró la luna una vez más. El eclipse lunar había sido completado. La luna se tornó de un rojo sangre por completo. El Rey había ganado.

Diana Chevalier estaba muerta.

El infierno que construimos [COMPLETA] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora