si tan sólo él no existiera, tendría una vida más fácil para sobre llevar.
tal vez su corazón no tendría latidos tan fieros, ni sus noches tan firmes recuerdos sobre él.
tal vez, si no fuera como es, si su sonrisa no le hiciera las mejillas arder y...
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Miraba absorto hacia el suelo, recibiendo poca luz sobre sus ojos gracias a la sombra extra que le daba su propia capucha.
Se encontraba ahora sentado en un banquillo del parque de diversiones, con los codos apoyados sobre sus muslos y las manos entrelazadas, lleno de ansiedad mientras de sus ojos brotaban lágrimas sin su permiso.
Pasaban algunas hormigas en fila, llevándose pedacitos de alguna cosa dulce que hayan encontrado por ahí. Eso fue suficiente para distraerlo de sus pensamientos oscuros para ir a los buenos, sonriendo.
Era como un pequeño pelotón, como cuando su grupo de guerrilla se formaban en las prácticas del campamento militar.
— veo que te sientes mejor — vio hacia arriba de reojo, encontrándose una vez más con Norton Campbell. Este le traía una botella de agua que tomo sin pensarlo demasiado.
Jugo con la misma entre sus manos, mientras veía el agua removerse en su interior en silencio.
Los demás chicos del equipo se habían retirado, puesto que al parecer tenían a uno enfermo, seguro uno de estos cabezas huecas se subió a un juego extremo con el estómago lleno y se enfermó. Normal.
— ¿Puedo saber qué pasó entre tú y esos tipos? — negó sin más, suspirando y abriendo aquella botella de agua. Dolía recordar.
Tomó un trago de agua que, a duras penas, si paso por su garganta. Aún no se recuperaba del golpe que le habían propinado sus recuerdos.
Recuerdos de una noche pérdida entre las calles californianas, lejos del público y la luz de alguna farola, recuerdos cubiertos de dolor y sus gritos que nadie podía escuchar, opacados por esas asquerosas risas.
Su cuerpo sufrió un ligero escalofrío, asco. La palabra se repetía en su mente.
— no es nada importante — gran mentira. Sonrió sin gracia mientras sacudía el agua dentro de la botella, solo antes de relajar su cuerpo sobre la banca y mirar a Campbell — ¿Y ustedes qué?¿Noche de fiesta? — pregunto, tratando de zafarse de los recuerdos amargos, de escapar, no tenía ganas ni fuerzas para explicar lo sucedido hace ya unos años.
Norton le inspeccionó con la mirada, haciéndole sonreír de lado y soltar un simple "que", bastante vago de su parte.
— bien... sólo veníamos a pasar la noche antes de que empiecen los juegos entre escuelas, ya sabes. Aunque faltaban Jack y tu — este se relajó a su lado, recargando su espalda en la banca mientras veía pasar a algunas personas — ¿Tu que haces en el parque? — otro sorbo de agua, esta vez más ligero de digerir.
— acompañaba a un amigo, ¿Te acuerdas de que te mencioné que tenía un amigo enfermo? — el otro asintió, ruborizandose ligeramente. Eso le hizo sonreír y no supo el porque — pues ese amigo — puntualizó, increíblemente relajado junto a esta persona.
