La mañana del Lunes era un caos.
Resacas, murmullos, recuerdos de una alocada fiesta que terminó en desastre.
Y su sonrisa imborrable, esa maldita sonrisa. Mirarlo tan contento le hacía querer romper los casilleros de un sólo golpe.
Las risas sobre él, comentarios estúpidos y demás le traían una rabia tan grande que podría hasta vomitar.
Subedar se las iba a pagar.
Respiro lo suficientemente hondo como para no romper algunas cabezas, abrir su casillero y sacar su balón favorito.
La noche anterior se revivía como un mal recuerdo, solo por aquel momento junto al militar que era imposible de olvidar.
Camino por los pasillos evitando las risas a sus espaldas como si no existieran. Hasta que no pudo más con el evadir, tras doblar en el pasillo y encontrarse con él.
— tu... — pronunció con molestia y un corazón herido, nunca antes alguien había jugado así con el o sus sentimientos.
El de capucha verde tan sólo le miró, pero para su sorpresa, no sonrió o se burló de él.
Simplemente se giró y siguió su camino, como si no existiese en lo absoluto, dejándole un nudo en la garganta y de puños apretados.
Se había enamorado.
El indomable Norton Campbell, quien se acostaba con cualquiera sin mediar en sentimientos o tonterías. El rompe corazones, ahora, con un corazón roto.
Entro a su salón de clases bajo las miradas ajenas, sin inmutarse y sentándose en su puesto, a pesar de los susurros y repugnantes murmullos.
— ¿Escuchaste?, Campbell fue rechazado por el militar en la fiesta de Woods —
— ¿Enserio?, Debes estar bromeando —
Podría jurar que si apretaba un poco más su balón, este explotaría.
Para su suerte el profesor había llegado y todo el salón se sumió en silencio y charlas sobre la asignatura impartida, dejándole finalmente relajarse y para su desgracia, procurando dejar una brecha entre el y los recuerdos de esa noche de fiesta.
Le había visto allí, cerca de la mesa de bebidas en un encuentro solitario con su bebida y la pared. Mirando a las personas bailando o simplemente el contenido de su vaso.
Cuando el verde tóxico se encontró con sus ojos ámbar, su corazón respondió a traición golpeteando con fuerza y ejecutando su razón. Su rostro se había sentido caliente, sus manos sudaban y su estómago se había revuelto como si estuviera relleno de mariposas.
No por la bebida o la comida, si no por aquel chico.
El resto de la fiesta fue hablar y jugar con el equipo de fútbol americano, antes de separarse del grupo en conjunto con William, quien le confesaba que había alguien que le gustaba, el como se sentía...no le costó nada el asimilar las sensaciones del moreno con las suyas y confesar muy a su pesar, lo que le había sucedido antes.
Desearía no haber escuchado a William.
"El amor se vive una vez en la vida, amigo, el resto de lo que vives son recuerdos de ese amor"
Tras escucharlo y dejarse aconsejar ante el sentimentalismo y los efectos del alcohol, sí.
Se confesó.
Dijo todo lo que sentía con seriedad, tratando de ser comprendido y tal vez hasta aceptado.
Pero al mismo tiempo, con una contrariedad de burla y poca comprensión, el de capucha verde le había rechazado por completo frente a demás personas, quienes lo juzgaban entre murmullos y risas que no podían esconder.
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what is this? һʟo
Fanfictionsi tan sólo él no existiera, tendría una vida más fácil para sobre llevar. tal vez su corazón no tendría latidos tan fieros, ni sus noches tan firmes recuerdos sobre él. tal vez, si no fuera como es, si su sonrisa no le hiciera las mejillas arder y...