si tan sólo él no existiera, tendría una vida más fácil para sobre llevar.
tal vez su corazón no tendría latidos tan fieros, ni sus noches tan firmes recuerdos sobre él.
tal vez, si no fuera como es, si su sonrisa no le hiciera las mejillas arder y...
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Tenía que ser una maldita broma
El tiempo se le detuvo por un momento, siendo eterno y agobiante, mientras el aire de sus pulmones se extinguía poco a poco.
El parloteo de las personas a su alrededor se volvía un solo hilo de voz murmurante, agobiandolo más de la cuenta y haciendo sonar en su cabeza un incesante pitido que empezaba a picarle los oídos mientras su estómago se revolvía.
Solo podía ver el mensaje que había llegado a su teléfono, ignorando cualquier otro, releyendo y releyendo como si su existencia dependiera de ello.
"Nuestros padres nos transfirieron a una escuela en pensilviania, a nuestras espaldas, Jack"
"Lo sentimos mucho..."
Sintió un pinchazo en el corazón, amenazando con volverse más punzante y doloroso.
Los gemelos...se habían ido...
Eso, ¿eso significaba que ahora estaba sólo?
Llevo una mano a su cabello lentamente, hundiendo sus dedos y haciendo un revoltillo con su pelo poco a poco. Ahora, ¿que se suponía que-,¿como?... Se había quedado malditamente sólo, los gemelos eran sus mejores y más grandes amigos, por no contar con los únicos a partir de los idiotas del club de fútbol.
- ...ack - se hundió en su lugar lentamente, tratando de asimilar la situación - Jack - parpadeó ante el llamado, dirigiendo su vista hacia la persona que le nombraba, solo para encontrarse con el idiota de la biblioteca con una sonrisa que no sabía como descifrar, eso era...¿burla? - vaya, hasta que prestas atención - vio como este se acomodaba su mochila al hombro, mirando con un toque de diversión - ¿debería llamarte por tu segundo nombre de nuevo?, pareciese que es más efectivo en ti - gruño con molestia y miro a su alrededor, dándose cuenta de que el salón en el que estaba se encontraba vacío, exceptuando el hecho de que aquel chico alto estuviera allí junto a él - ¿estas bien?, hace como cinco minutos que acabo la clase y tu te quedaste ahí - le miro con molestia y sin pensarlo dos veces, tomó su mochila empezando a guardar sus cosas.
- eso a ti, ¿Que diablos te importa? - le escucho reír, haciendo que el dolor de cabeza que tenía se regocijara con más sufrimiento y punzadas desagradables. Lo hubiera desafiado allí mismo, pero las ganas de irse eran abrumadoras.
- ¿no puedo preocuparme por un compañero de clase? - pronunció, haciéndole provocar una mueca involuntaria y levantarse para irse de una vez por todas - espera - no le escuchó, quería salir de allí lo antes posible, quedarse sólo con el chico era una mala idea - oye - camino por su lado ignorándole olímpicamente.
