si tan sólo él no existiera, tendría una vida más fácil para sobre llevar.
tal vez su corazón no tendría latidos tan fieros, ni sus noches tan firmes recuerdos sobre él.
tal vez, si no fuera como es, si su sonrisa no le hiciera las mejillas arder y...
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Jack miró a su alrededor con aturdimiento.
Habían llegado al campamento hace rato, el militar lo había despertado...¿que más?, ah, si...
Y era compañero de cabaña de Hastur.
Quiso golpearse el rostro y gritar al cielo por su "desgracia", pero no hizo nada más que mostrar una expresión de pocos amigos.
En la cabaña, además de Hastur y él. Estaban el militarcillo de mierda y su compañero en el equipo de fútbol americano, Norton Campbell, quien no dejaba de mirar al militar, creyendo que nadie se daba cuenta.
- esto está mal - se quejó, siendo secundado por la voz de Campbell quien sorpresivamente había dicho lo mismo que él. Se miraron de forma extraña y con repugnancia, que asco eso de atinar a decir algo al igual que otra persona justo al mismo tiempo.
- pff - escucho a él de ojos verdes mofarse de ellos, tratando de no reírse en lo absoluto mientras desempacaba su maleta. Hastur por su parte si que no se resistió a reírse, haciendo que le mirase embobado.
Amaba su risa tanto como la odiaba. Odiaba amar que riera y le hiciera sentir que sus problemas desaparecían con ello.
Se encogió con disgusto en su lugar, tocandole la cama de abajo en la litera y encima teniendo a hastur, quien acomodaba sus cosas tranquilamente tras haberse dado la gran carcajada.
Norton por su parte se removió en su puesto cual idiota, —lo que en efecto era—, haciéndole sentir incómodo y consciente de su presencia. El militar sí que era muy diferente, apenas se notaba que estaba allí.
Aunque claro, tremendo enano cuando todos allí a excepción de él median como de 1,70 para arriba.
— iré a ayudar a los del comité estudiantil, si tienen alguna duda o problema pueden decirlo ahora y se lo comunico al comité — fue lo que dijo el de capucha verde, ahora mirándole a los tres desde su reino, allí, en la cama de arriba en la litera que compartiría con Norton Campbell — ¿y bien? — espero por alguna queja o reclamo, más nadie dijo nada — de acuerdo, si no hay quejas ni nada por el estilo los dejo instalarse tranquilos — dijo finalmente antes de bajar de su sitio de un salto, caminando hacia la salida y desapareciendo tras algunos árboles más adelante.
Norton en ese pequeño rato se acostó, se revolvió el cabello y se quejó, solo para luego levantarse hechando quejas y gruñidos, saliendo a quien sabe donde rato después.
Dejándolos solos.
Tuvo el ademan de recostarse y hacerse un bollo, abrazando su mochila donde se encontraban algunas de sus cosas, ¿lo demás?, lo tenía en la maleta.
