— ¿No podemos ir otro dí- —
— no —
— pero- —
— no — volvió a negar rotundamente, Joseph no escaparía de aquella salida. Ya había llegado el tan ansiado fin de semana, en el que se había propuesto ir al parque de diversiones.
El albino se mostraba ansioso con respecto a ello,hace unos tres días no iba a la escuela, —alegando que su presencia daba asco— hasta que logró sacarlo por fin y llevarlo aunque fuera el jueves y el viernes. Muchos maestros se mostraron preocupados por la falta de este, pero los evadía con una excusa irrefutable.
"Enfermó", fue como se reportó para excusarse. Nisiquiera tuvo que entregar alguna carta del doctor, los profesores sólo lo dejaron pasar. Por supuesto, el grandioso presidente del comité escolar jamás mentiría, como no.
Se reía ante el hecho de saber que Joseph era capaz de mentir con tal naturalidad.
El viernes por la tarde sus padres llegaron, aprobando el que el de ojos azules se quedase cuánto quisiera, —pues este los había fascinado— y es que, ¿Como negarle algo a un chico tan lindo con tan bellos ojos, carácter y cualidades?, No señor. Sus padres eran como él, no podían negarse ante albinos como Joseph Desaulnier.
— Aesop... realmente no quiero ir...¿No podemos quedarnos aquí? — suplicaba este, haciéndole suspirar y sacudir la cabeza. Se le había ido la mente por las nubes.
— necesitas divertirte un poco y descansar...¿Acaso piensas negarte a un poquito de diversión? — le pregunto, mientras terminaba de arreglarse y se concentraba en amarrar su cabello algo largo para evitar incómodidad — señor aburrido — canturreo, sabiendo que con aquello hacia molestar a la persona a sus espaldas, sentado sobre su cama todavía sin arreglarse.
— iré — pronunció con cierto tonito de hastío, no pudo evitar reírse ante aquello — pero tu ropa pagará las consecuencias — declaró este después, solo antes de llevarse con él unos pantalones que le quedaban apretados y ya no usaba, en conjunto con una camiseta del más puro color blanco.
— ¡Oye!- — nada, ni para que detenerlo. Ya se había ido a la habitación de invitados, —donde se encontraba hospedado—. Aquello hizo disgustar un poco a Aesop.
Y no, no es como si le molestará que usará su ropa, la cortará, la cambiará o la desordenara. Él era feliz con que Joseph también lo fuera, —a pesar de que su ropa quedará hecha gironés—. El problema era otro. El albino, desde que había llegado, no había tocado ni una sola ropa que fuera de chica, su gusto personal.
Poniendo las cosas en contexto, sus padres le compraron vestidos y demás cosas cuando les contó que a Joseph le gustaba la ropa de mujer. No le costó nada decirlo, la verdad, su padre y su papá estaban más qué contentos al saber los gustos del chico, —quien apenas si hablaba frente a los padres de Aesop, alegando timidez— eran muy apoyadores, además de que les encantaba la idea de consentir a Joseph como si fuera la niña que nunca tuvieron. Pero este lejos de aquello no se dejaba consentir, ni tampoco se probaba las cosas a pesar de aceptarlas con completa cortesía.
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what is this? һʟo
Fanfictionsi tan sólo él no existiera, tendría una vida más fácil para sobre llevar. tal vez su corazón no tendría latidos tan fieros, ni sus noches tan firmes recuerdos sobre él. tal vez, si no fuera como es, si su sonrisa no le hiciera las mejillas arder y...