si tan sólo él no existiera, tendría una vida más fácil para sobre llevar.
tal vez su corazón no tendría latidos tan fieros, ni sus noches tan firmes recuerdos sobre él.
tal vez, si no fuera como es, si su sonrisa no le hiciera las mejillas arder y...
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Tenía que ser una jodida broma.
- Clark -
- Campbell - ambos se miraban fijamente.
Jack quería salir del parque despavorido. ¡¿Que hacían los del equipo en el parque de diversiones?!
El jugador con quemaduras curadas y su acompañante se estaban saludando, como si acabarán de encontrarse cada uno con su peor enemigo.
¿Que se traían estos dos?
Se ocultaba lo mejor que podía, aferrándose a aquel peluche de pulpo blanco como si su vida dependiera de ello.
Él no quería que lo reconocieran, él no quería ser visto en esta situación tan vergonzosa, con un peluche enorme como si fuera un niño pequeño o una chica.
Se maldijo de mil maneras diferentes por dentro, puesto que Norton Campbell, -ademas de notar su presencia- venía acompañado del militar.
Esa pequeña pulga con la fuerza de un titán, era peligroso.
- ¿Tu novia? - pregunto el de cabellos azabaches, viéndole y haciendo que se ocultara más. Hastur se interpuso ante la vista del jugador hacia él, lo agradecía.
- ¿La tuya? - pregunto el más alto por igual, viendo a aquel pequeño chico de capucha verde al que nombraron en la escuela como "el militar".
- tienes que estar bromeando hombre - más problemas, más y más problemas. ¿Acaso era que aquella noche se alinearon los astros para joderlo?
Allí estaba llegando Luca Balsa, acompañado del resto del equipo, ya se suponía que estaría todo el equipo allí con el de cicatrices.
Pero, enserio, ¿Balsa?
- pero si es el estúpido soldadito de plomo - Naib Subedar le miró con odio, Luca ni se inmutó. Ambos parecieran que se irán a los puños en cualquier momento.
¿Y Jack?, Jack trato de escapar de esa situación, por supuesto. ¿Pero cómo hacerlo si Hastur le estaba agarrando del brazo?
- pero mira nada más, una mierda que habla - respondía ahora el militar hacia el castaño, haciéndolo fruncir el ceño enfurecido.
- chicos, chicos...estamos aquí para divertirnos, no para pelear, ¿De acuerdo? - se sintió aliviado al ver que William, el capitán del equipo también había asistido. Era un excelente mediador ante los conflictos dentro del equipo.
