Capítulo 32

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-¿Y quien sería Clara?- preguntó Diego mientras se sentaba en mi escritorio. Sus padres lo habían dejado venir una hora y media después.

-Mi sombra. Es simpática- comenté.

Diego abrió mucho sus ojos. Tay asintió.

-Llamala.

Me concentré en duplicarme y en mi sombra, y Clara se alzó.

Miró a Diego.

-Hola.

Él la miró con los ojos y la boca más abiertos.

-...Hola Clara.

Al sentir que ya había cumplido su cometido, ella desapareció.

-A que es genial- dijo Tay.

-Es genial- concordó Diego. Me miró- ¿Cómo lo hacés, Eri?

Me encogí de hombros.

-No se. Solo me concentro en duplicarme, y en Clara, y ella aparece.

El asintió, pensativo.

-Y, ¿Aparecieron otras habilidades en mi ausencia?

Taylor negó con la cabeza.

-No- admití- pero quiero probar algo.

Me concentré, y ahora las sombra de Diego y de Taylor se alzaron para convertirse en sus clones. Tay se levantó bruscamente.

-Santa madre de las cabras. ¡Soy yo!

Diego miró a su propio clon, levantándose lentamente.

-No dijiste que podías hacerlo con las sombras de los demás- dijo con un hilo de voz.

-No sabía que podía- contesté- solo se me ocurrió ahora.

Taylor empujó suavemente su sombra. Esta no reaccionó.

-¿Como se prenden?- me preguntó- ¿Tienen un botón de inicio o algo?

-Ni idea. Es tu sombra. Diría que vos más que nadie deberías saber como activarla.

Ella se lo pensó unos segundos. Después procedió.

-Hola. Che, activate- le dió un toquecito en la frente- ¿Dale?

Su sombra parpadeó. La miró.

-Hola- se frotó la frente- perdón, pero ¿Era necesario?

-¡Ay! Ah, ya funciona. Perdón por eso.

-Nah, no importa.

Diego miró su clon con aire pensativo.

-Ehhh (suspiro) A ver... Hola. ¿Cómo estás? Emm. ¿Podrías activarte... em... por favor?

El clon lo miró.

-Hola. Mucho gusto, humano Diego.

Él le sacudió la mano, satisfecho.

-¿Se nos necesita para algo, humana Érica?- me preguntó.

Me di cuenta de que no.

-No, gracias. Puede irse ahora.

-Está bien. Nos vemos- el clon de Diego desapareció en una nube negra.

El clon de tay hizo el estereotípico saludo militar, chistosamente.

-Buena vida- y desapareció de la misma forma.

-Aparte de eso, no hay nada nuevo- dije.

Diego miró a Taylor.

-Tenés razón- admitió- es genial.

Ella sonrió ampliamente.

-Te lo dije- me miró- igual no creo que eso sea todo, Eri.

-Concuerdo- dijo Diego.

Los miré confundida

-¿Que otra habilidad podría haber surgido?- me giré para agarrar un vaso de agua- no creo que...

Antes de que pudiera terminar la frase, el vaso estalló.

Miré alrededor. Ninguno de los tres estábamos lastimados (de suerte). Nos miramos con confusión.

-¿Decías?- los ojos de Taylor brillaban de la emoción- ¡ESO FUE SÚPER FUERZA!

Emitió un chillido, casi inaudible para el oído humano. Diego se me acercó.

-¿Están las dos bien?- asentimos- Bien, porque, a pesar de que eso fue potencialmente peligroso, fue bastante increíble.

Ty lo miró, como diciendo "¿Solo un bastante?".

-Es increíble, hasta que tengo que barrer. Y explicar porque falta un vaso. Además, tengo que aprender a controlarlo, junto con las otras nuevas habilidades...

-No te preocupes, Eri. Vas a poder, y además- se miraron- vamos a ayudarte.

Sombras y FuegosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora