Estábamos en la puerta de la casa de Taylor. No parecía el mejor lugar, teniendo en cuenta que sus hermanos correteaban por toda la casa, pero no podíamos juntarnos en mi casa por mis padres. Diego también dice que la empleada se está cansando de que el tenga tantas visitas después del colegio, así que sus padres le habían dicho que no podía tener más visitas en lo que quedaba de la semana, a menos que fuera de colegio. La casa de Taylor era la mejor idea. Su mamá estaba siempre ocupada, y el comandante Daniel no llegaba a la casa al menos hasta las nueve de la noche.-¿Y tus hermanos, Tay?- preguntó Diego mientras subíamos por el ascensor- ¿Que si alguno nos oye?
-Pss, por favor, tienen cinco, siete, y diez años. No pueden estar menos interesados en mi vida secreta- aseguró- además, ¡Se creen todo lo que les digo! Beneficios de ser la mayor, además de que no les miento TANTO. Y soy buena haciéndolo cuando lo hago.
Llegamos a la puerta de su departamento, y Taylor puso la llave en la puerta, y la abrió. Inmediatamente se plantaron ante nosotros tres peques, dos varones y una mujer, que debían ser los hermanos de Taylor.
-¡Taylor!- dijo la chica, que debía ser la de siete años- ¡Decile a Juan que juegue con Carter y conmigo!
Taylor miró acusatoriamente al de diez años, que debía ser Juan.
-Es que no quiero- se quejó el- ¡Estoy jugando a la play!
-¿Y no podés jugar con Malena y Carter?
-¡Ellos no saben jugar, y me van a hacer perder! ¿Por qué no jugás vos con ellos?
-Porque yo sí tengo una vida- respondió mi amiga como contando una obviedad- y tengo invitados- nos apuntó a Diego y a mí- Díganles hola.
-Hola- dijeron los tres chicos al unisono.
-Hola- dijo Diego.
-Holis- dije yo.
-Hagamos algo, Juan- Taylor se arrodilló con una pierna para quedar a su altura- si vos jugas con nuestros hermanitos a la Play, y no los matás, el sábado te compro un helado.
Al chico le brillaron los ojos.
-¿De tramontana?
-De tramontana- aseguró ella.
-Y... ¿Con salsa de chocolate?
-Un montón.
Juan le dedicó una sonrisa adorable.
-Trato hecho- y se fueron por una puerta que debía de llevar al cuarto de Juan.
Diego se me acercó.
-¿Así es tener hermanos?
-Ni idea- admití- en casa, la menor soy yo.
Taylor se paró.
-Bueno- aplaudió- ya que ya se deslumbraron con mi destreza hermanal, empecemos a ver qué hacer con los tórtolos.
-Si- concordé- pensé que yo era la única con ese tipo de- lo pensé- habilidades, pero después llegó La Flama...
-Y ahora está Nátali. Harían un supertrío genial- ironizó Taylor.
-Ya, pero tenemos que saber cómo deshacer la "autoconvicción" de Nátali- apuró Diego.
-Yo traje unos libros- dije sacando unos comics de unos superhéroes, cuyos villanos, me habían dicho, controlaban mentes. No me juzguen, fue lo mejor que había podido conseguir.
-Ya era hora de que leyeras un par de comics, Eri- me molestó Tay.
-Yo traje unos libros de la biblioteca llamados "El poder de la mente tomo uno, dos, tres, etc"- Diego ojeó sus libros- pero estoy casi seguro de que son libros de neurociencia.
-Ustedes hagan eso- dijo Taylor atando su pelo rubio en un rodete alto, para después ir a traer su laptop- yo voy a hacer lo llamado "Búsqueda en internet".
Y así estuvimos por bastante tiempo hasta que Taylor suspiró bruscamente.
-¿Como no se nos ocurrió antes? Si es obvio. Una hora y media buscando en la web para esto- se puso la mano en el pecho- somos un poco tontos.
-¿Que encontraste?- le pregunté.
-Que para que el tipo se acuerde de como hacer la bendita pokebola, hay que hacer que Nátali le diga a Iván que si sabe de robótica. Tan fácil.
-No tanto- objetó Diego- ¿Que? ¿Simplemente vamos a decirle a Nátali que le diga a Iván que le diga que sabe de robótica? ¿De la nada?
-No, esta vez yo tengo una idea- dije yo- podemos hacer que lo haga ella sola. Y creo que se como- miré a los chicos- puede que Nátali no quiera reprobar el proyecto.
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El día siguiente, cuando estábamos todos en la casa de Diego para hacer el proyecto, los chicos y yo pusimos en marcha nuestro plan no tan complicado. El punto era fácil, en realidad. Solo necesitábamos actuar un poquito, para descifrar el plano de congelamiento temporal, el cual era tremendamente complejo, y que Iván entendería si Nátali no lo hubiera convencido de lo contrario.
-¿Y bien?- les pregunté a los novios cuando nos acomodamos en la mesa- ¿Como vamos a hacer?
Nátali me miró.
-¿Humm?
-Nosotros no sabemos cómo hacer una batería de papa- mintió Diego.
-Creímos que como Nátali lo había propuesto, ella sabría cómo hacerlo- explicó Taylor.
-Ah, bueno, em...- miró a Iván- Amor, ¿Vos no sabías de estas cosas de robótica?
Sostuvieron la mirada unos segundos.
-Si- contestó el- si, yo se de estas cosas, pero, ¿No podríamos hacer algo mejor que una batería a base de papas? Yo tengo algunas ideas.
Diego, Taylor y yo nos miramos, satisfechos. Había funcionado.
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Sombras y Fuegos
Action"Aprender a manejar una doble vida como vigilante y estudiante de secundaria... listo. Evitar ser manipulada por los poderes mentales de la chica mala del colegio... listo. Entregar el trabajo de robótica a tiempo... listo. Decirle a tu amigo que su...