Capítulo 18

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-EJEM- gritó Taylor bruscamente- nadie se va a ningún lado.

Los dos se voltearon a mirarla, Iván confundido y Nátali molesta.

-¿Y toda la explicación mega épica de cómo detener el tiempo que diste?- exigió ella.

Iván miró a los costados, como si estuviera buscando a alguien. Finalmente se apuntó en el pecho con un dedo.

-¿Quien? ¿Yo?

-¡Si, vos!- dijo impacientemente.

-¿Como que detener el tiempo?

-Ya, se que amás a tu noviecita, pero no te hagas, que ya es un elogio bastante grande que te diga que dijiste algo mega épico.

-Y lo es- concordó- pero no se de que me estás hablando.

-¿Como que no?- por su tono de voz, Taylor ya se estaba hartando- ¿Y la explicación esa de que si la tierra se detuviera todos saldríamos volando?

El la miró asombrado.

-¿En serio? Genial.

Diego sostuvo a Taylor, que estaba a punto de darle una de sus famosas bofetadas de razón.

-Iván- dijo Diego calmadamente- ¿Que estabas diciendo antes de decir que no sabés nada sobre robótica?

-Yo...- el entornó los ojos, aparentemente tratando de acordarse- no me acuerdo. Je je je.

-Sí- dijo mi amiga con voz ronca- graciosísimo. Me parto de la risa. Voy a decirte algo. Andá a donde sea que tengas que ir, a ver si se te pasa la "repentina amnesia", y mañana acá mismo, a esta hora, terminamos de resolver lo de las ondas ¿Si?

El asintió, confundido.

-¿De qué ondas hablaba?- lo oí preguntarle a Nátali mientras salían.

-Ni idea, amor- le contestó ella.

Se cerró la puerta.

-¿Que acaba de pasar?- pregunté.

-No se- admitió Diego.

-Es increíble- murmuró Taylor- como por dos minutos, pensé que no era tan estúpido- hizo un gesto rabioso de impotencia con las manos- ya se ve que me equivoqué.

-Pero es raro, Tay- dijo Diego agarrando los papeles que Iván había dejado sobre la mesa- en un momento nos tira toda una explicación sobre el congelamiento temporal y después PUF. No se acuerda ni que dijo.

-Yo tengo un teoría- anunció Taylor- tal vez, después de estar tanto tiempo con Nátali, toda su inteligencia se pudrió adentro de su cabeza. Y lo voy a confirmar.

Marcó unas teclas en su celular.

-Hola- la voz de Iván sonó.

-¡Flaco!- dijo Taylor- ¿Cuanto es dos más dos?

-Cuatro, ¿Por?

-¿Cuantas patas tiene un ciempiés?- indagó Diego

-Depende de la cantidad de segmentos en los que se divide su cuerpo, por lo que puede tener de treinta a trescientos cincuenta y cuatro patas... ¿A qué viene el interrogatorio, chicos?

-¿Como es que sabés eso y no de lo del congelamiento temporal que dijiste hace diez minutos?

-Yo no me acuerdo de haber dicho nada de congelamiento temporal.

-Ya, como sea, chau- Taylor colgó.

Nos miró.

-No se le secó el cerebro. Hipótesis desmentida.

-Yo tengo una hipótesis- dije- pero es más rara. Y ahora que lo pienso, no es una hipótesis, si no una observación.

-Hablá chica- me presionó Taylor.

-Bueno- empecé- Iván parecía saber de lo que estaba hablando, hasta que Nátali lo miró a los ojos y le dijo que no sabía nada sobre robótica. Entonces, pareció olvidarse de todo.

-Ja. Es cierto- reflexionó Diego en voz baja- entonces estás diciendo- me miró- que Nátali acaba de controlar a Iván.

Sombras y FuegosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora