Capítulo 6

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Ya era el día del eclipse, y yo había estado esperando a que me pasaran todas esas cosas raras de las que Taylor me había hablado, pero había llegado el almuerzo y todavía no había pasado nada.

-¿Todo bien?- preguntó Taylor.

-Si- contesté- porque todavía no pasó nada.

Casi se le cae la bandeja de las manos. Me miró desconcertada.

-¿Como?

-Todo normal- expliqué- no pasó nada raro.

-¿Absolutamente nada?

Negué con la cabeza.

Taylor se dejó caer en la silla y puso su bandeja en la mesa. Yo hice lo mismo.

-¡Pero si ya es el almuerzo! ¿Estás segura de que no los perdiste?- preguntó nerviosa.

-Uuu. ¿Que perdiste?- indagó Jake.

Lo fulminé con la mirada.

-Está bien. Ya me voy- se excusó.

Cuando me aseguré de que ya no pudiera oírnos, le respondí.

-No. No perdí mis habilidades. Yo también estaba preocupada, así que me fije cuando nadie veía y todavía tengo mis poderes.

Taylor suspiró.

-Entonces es que tenés una suerte tremenda.

-¿Por qué Eri tiene una suerte tremenda?- preguntó Diego, sentándose.

-Si no es uno es el otro- murmuró Taylor, después miró a Diego- nada en contra tuyo.

-... Bueno.

-Tengo suerte porque aprobé la prueba de química- dije rápidamente.

-Ah- contestó el- entonces si que tenés suerte- resopló-Voy a buscar unos jugos, ahí vengo.

Cuando Diego se fué, intenté agarrar mi sandwich de queso, pero en vez de que mi mano lo agarrara, el plato se hundió en la sombra que mi cabeza projectaba sobre mi bandeja y apareció en la bandeja de Taylor.

Ella me miró extrañada.

-Gracias, pero no quiero tu sandwich. Además, Alguien podría haberlo visto.

-Yo no lo hice- contesté.

Ella me miró, después al sandwich, después a mi otra vez. Entonces caí en la cuenta.

-Ay, no- dije nerviosa- Taylor, ¿Que hago?

-Tranquila... Umm- lo pensó un poco- solo no toques nada.

-¡Pero tengo clase!

-¡Entonces inventate que estás enferma o algo!

-Volví- dijo Diego- Jugo de cereza- le dió un jugo a Taylor- Jugo de durazno- me puso el jugo en frente.

-Emm, no gracias- dije, intentando apartar el jugo con el codo.

El me miró, confundido.

-Pero, es tu jugo favorito.

Maldije a Diego por ser tan buen amigo.

-Es que, emm... me siento mal- intenté- y ya me estaba yendo a mi casa-me levanté de la mesa para irme cuando oí a Diego.

-Nunca fuiste buena mintiendo, Érica.

Como ya estaba harta, cometí un error: agarré el jugo.

Ni bien lo agarré, el vaso se deshizo junto con el líquido que llevaba adentro, y reapareció en la bandeja de Diego.

El miro el jugo en su bandeja, me miró y dijo:

-Cuidado.

-Perdón, pero, ¿Eh?- dijo Taylor, confundida

-¿No estás sorprendido?- le pregunté- ¿Ni siquiera un poco confundido?

El negó con la cabeza.

-No.

Lo miré perpleja.

-¿Entonces?

-No estoy sorprendido, porque yo ya lo sabía- explicó.

-¿Y por qué no nos dijiste?- Taylor parecía incluso ofendida.

-Porque pensé que me lo dirías vos sola, porque confiás en mí, porque soy tu amigo, pero- apuntó a Taylor- se lo dijiste antes a ella.

-En su defensa, yo lo descubrí sola y la torturé hasta que me lo dijo- intervino.

-Cierto- murmuré, acordándome de ese día.

-Igual, no pasa nada- dijo Diego encogiéndose de hombros- solamente le dije a Jake.

-¡¿Eh?!- exclamamos Taylor y yo al mismo tiempo.

Diego se rió.

-Ahh, tendrían que haber visto sus caras- dejó de reírse- tranquilas, no soy tan incoherente como para decirle a alguien sin preguntar.

Me senté aliviada.

-Entonces ¿Que?- preguntó Taylor- ¿Diego se suma?

El se lo pensó.

-Podría- sonrió- se hacer un par de cosas.

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