-¡Fueron los auriculares!- exclamó Taylor cuando nos sentamos a almorzar.
-Yo ya ni voy a preguntar- dijo Jake pasando de largo.
-¿Como que los auriculares?- pregunté.
-Ayer- empezó Diego, sentándose en la mesa y pasándonos unos jugos- cuando el tipo frenó el tiempo con su pokebola, lo hizo a través de ondas. Al parecer, los auriculares que llevaban vos y La Flama contrarrestaron esas ondas y hicieron que la parte cerebral de su cerebro no se detuviera.
-Altos auriculares- murmuró Taylor.
-¿Donde los conseguiste?- indagué.
-En el local de la esquina- dijo avergonzado.
Taylor se empezó a reír tan fuerte que la miró toda la cantina. Diego apartó la vista de ella, visiblemente todavía más avergonzado.
-¿Cómo es que...- intentó decir ella, entre risas- ... unos auriculares comprados en una tienda de segunda...- no pudo seguir, porque volvió a reírse como una loca.
-Ni siquiera es gracioso, Tay- la retó Diego, ofendido- y en respuesta a tu pregunta, no son los auriculares, es la pokebola; está hecha por un material que es contrarrestado por las ondas auriculares. Y por favor dejá de reírte antes de que nos echen de la cantina.
Taylor se calmó un poco.
-Ya. Entendí. Pero ¿Hay alguna forma de que los auriculares detengan algo más que mi cerebro?- pregunté.
-Podríamos probar. Pero tardaríamos unas cuantas horas, y sería bueno tenerlo hecho para esta noche- admitió Diego.
-¡Entonces pidamos un permiso para irnos!- sugirió Taylor.
-No- dijimos Diego y yo al unísono.
-No te preocupes- por experiencia y por las noticias, sabía que que los policías no pudieran detener a un criminal potencialmente peligroso implicaba que el barro estaba en alerta de seguridad- Tres, dos, uno...
-Buenas tardes alumnos- la encargada de estudios me interrumpió por los parlantes- por motivos de seguridad, las clases quedan suspendidas hasta nuevos avisos. Por favor, les pedimos que procedan a marcharse tranquilamente cada uno a...
Su voz fue ahogada por la avalancha de adolescentes que corrieron a la puerta de la cantina.
Nosotros tres nos dirigimos a la casa de Diego. Después de unas dos horas, en las que Diego hacía magia de armas, Taylor hacía magia de computadoras, y yo los miraba asombrada sin saber muy bien qué hacer, los auriculares parecían prometer más éxito que el de la noche pasada.
-Bueno- murmuró Diego- A ver que se hace.
-¡Mucho!- le aseguró Taylor- vas a ver.
-No creo- continuó el- no se si están bien calibrados...
-Basta- le interrumpió ella- tu trabajo es increíble. Te merecés el título de Cisco Ramón, aunque me cueste admitirlo.
Diego la miró, incrédulo.
-No tanto como vos, Tay. Lo que hacés con la computadora es impresionante.
-Bueno, yo mejor les doy privacidad. Nos hablamos después. Díganme si localizan al ladrón.
Y aparecí en mi cuarto.
Y casi me da algo cuando vi a Jake ahí. En mi cuarto. Cuando yo acababa de aparecer. Pero por suerte estaba de espaldas. Y me había olvidado de que el sabía mí secreto
-¡Érica! ¿De donde saliste?
-Acabo de volver.
-Ah. Cierto.
-¿Y vos qué hacías en mi cuarto?- pregunté.
-Estaba buscándote, por eso de que suspendieron las clases, pensé que estarías en casa, pero no diste indicio de estarlo.
-Es que estaba con Taylor y Diego, tratando de hacer auriculares mágicos. Bueno... Ellos los hacían.
-Eh, ¿Por que?
-Porque el nuevo villano frena el tiempo.
-Está bien. Eh... Bueno.
-Ya se que es raro.
-Ah, que suerte, porque estoy re perdido.El llamado de Diego lo interrumpió. Atendí, para que no siguiera interrogándome.
-Hola, Die...
-Andá afuera ahora- me cortó.
-¿Ahora? No lo veo muy posible...
-Y, mirá, está yendo al banco Stanmount AHORA, así que, a menos que quieras otro robo, ¡Si, ahora!
-Bueno, ya voy, nos vemos en tu casa- y le colgué.
Jake me miró, alzando una ceja.
-Me tengo que ir. Nos vemos.
-Eh, bueno.
Me dirigí a la puerta de salida, salí y aparecí en la casa de Diego.
-Te tardaste un poco ¿No te parece?- me molestó Taylor.
-Culpá a mi hermano- me defendí- ahora pasame los auriculares.
Ahí estábamos, otra vez, frente a un banco, pero esta vez, ganaríamos
. . . . . . . . . . . .
Diría que la pelea fue larga y que fue difícil vencer al tipo, aún sin la pokebola temporal, pero estoy para presumir: fue facilísimo.
El llegó, apretó su aparato, su aparato no funcionó, y lo vencimos en cuestión de dos minutos.
-Me arrestaron a mi- nos dijo mientras lo metían en la patrulla- pero no van a encontrar al jefe. ¡Nunca encontrarán al jefe!
Y se lo llevaron.
-Ahora tengo algo de miedo- admitió La Flama.
-Es Alquimia- dijo Taylor por el auricular- Es Alquimia. Les aseguro que "El jefe" es Alquimia.
-¿Que es "alquimia"- preguntó el Flamachico.
-No puedo trabajar con este tipo- se lamentó.
Yo no hice caso a la obsesión de Taylor con Flash. Estaba preocupada. Si ahora los malos tenían jefe, la cosa podía ponerse más fea.
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Sombras y Fuegos
Action"Aprender a manejar una doble vida como vigilante y estudiante de secundaria... listo. Evitar ser manipulada por los poderes mentales de la chica mala del colegio... listo. Entregar el trabajo de robótica a tiempo... listo. Decirle a tu amigo que su...