Habían pasado dos días. Dos días y mi cerebro todavía no había podido procesarlo. Seguía teniendo la misma duda: ¿Estoy segura de que él, de entre todas las personas, es La Flama? Mi otra parte del cerebro respondía: ¡Por supuesto que estás segura! ¿No es lo suficientemente obvio? A lo que la parte dudosa decía: Pero puede ser toda una gran coincidencia.
Estaba hecha un desastre.
Entonces decidí recurrir a Diego y a Tay, a quienes había dejado sin respuesta de que era lo que me tenía tan perpleja y quedamos en encontrarnos en mi casa.
Taylor estaba semi tirada, semi sentada en mi puf, Diego estaba sentado en la silla de mi escritorio, con los antebrazos apoyados en los muslos y los dos me estaban mirando a mí, que estaba sentada en el borde de mi cama.
-¿Y bien?- preguntó mi amiga, impacientemente- ¿Que es lo que te tiene tan fuera de tema últimamente? ¿Pasó algo con Iván? Porque si es así, no dudes en que voy a tener una charlita con él. Le voy a invitar unas tortas.
Diego sonrió un poco.
-Ténganle un poco de piedad. Está pasando por un mal momento.
Ella revoleó los ojos.
-De hecho- suspiré- sí tiene que ver con Iván.
Mi amigo se enderezó en su silla. Ty me miró.
-¿Te hizo algo?- preguntó Diego seriamente.
Parpadeé.
-¿Eh? ¡No! No, no. Es otra cosa...
Taylor resopló.
-Como estamos con el suspenso hoy ¿No?
-Perdón, es que no termino de creérmelo.
Diego me miró con esa mirada con la que uno es visto por alguien que se considera un hermano mayor.
-Eri, sabés podés contarnos lo que sea.
-¡Y con la grasada también! Vamos chicos, espabílense.
Inspiré y solté lo que iba a decir desde el principio:
-Creo que Iván Mendoza es La Flama.
Los dos me miraron, desconcertados.
-¿Cómo llegaste a esa conclusión?- preguntó Diego después de un momento de reflexión.
-Iván no es La Flama chicos- Taylor negó con la cabeza- No, no puede ser.
-Bueno- empecé- hay bastantes razones, y ahora que me doy cuenta, es bastante estúpido que nunca haya pensado en esto antes, pero la prueba que más me convence fue que hace unos días el me dijo, y cito, "Mi novia me engañó con mi mejor amigo, y me siento terrible porque otra amiga me lo había ya dicho, y yo la llamé mentirosa. Ah, y está en tu misma situación de brazo. Bueno... casi". Y lo que dijo de La Sombra siendo buena compañera.
Diego se enderezó más y parpadeó. Taylor se hundió en mi puf.
-Por supuesto que él es La Flama. ¿Cómo fuimos tan ciegos?
-Lamento decir que Tay tiene razón- murmuró Diego.
Asentí.
-¿Entonces ahora qué hacemos?
-A lo mejor deberíamos...
-Ay, ¡No!- Diego fue brutalmente interrumpido- No, no me digas que ahora tenemos que ir a buscar al Ivansito y decirle que sabemos que el es el Flamachico y confesarle nuestra identidad. No, flaco, no da.
Diego la miró.
-Solo vos sabés exactamente lo que voy a decir.
Ella parpedeó y, por un segundo, pareció sonrojarse.
—El punto es que no podemos hacer eso. Menos ahora. Incluso si fuera nuestro amigo (que no es) y tuviera nuestra confianza (que no tiene) no es el mejor momento para echarle esto encima.
Diego asintió lentamente y me miró.
-Tiene razón.
-Si fuiste vos el que lo iba a decir.
-Tenés razón.
-¿Saben quién sabría que hacer en esta situación?- dije, sin pensar- John.
Diego me miró, y después miró a Taylor, a lo mejor temiendo que se enojara, pero ella simplemente asintió, nostálgica.
-Y, sí. El siempre daba los mejores consejos, ¿No?
Me di un momento para pensar en John Baucel. Pero no como el hermanastro muerto de una de mis mejores amigas, ni como uno de los mejores amigos de mi hermano, sino como mi amigo.
Me acordaba de todas la veces que él nos había hecho tiempo a nosotros tres, a sus otros tres hermanos, a sus padres, a sus amigos, a los equipos deportivos y al estudio. Como que nunca estaba estresado. Nunca estaba enojado. Tenía contadas las pocas veces en las que no lo había visto sonriendo. Ya había sido dicho muchas veces que John Baucel era demasiado bueno para este mundo, pero no merecía morir. Por todas las veces que nos habíamos sentido mal, o enfermos, o no sabíamos que hacer, o simplemente teníamos hambre, John había estado ahí. John siempre estaba ahí y John siempre estaría ahí, hasta que ya no lo estuvo.
Mientras estaba pensando en esto, Taylor soltó una lágrima que se secó rápidamente con la manga de su buzo.
-Tay- Diego la agarró suavemente de las manos- estoy segura de que John te está viendo y está orgulloso de su hermanita.
Asentí, completamente de acuerdo.
Mi amiga abrió la boca como para decir algo, pero entonces se desplomó.
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Sombras y Fuegos
Action"Aprender a manejar una doble vida como vigilante y estudiante de secundaria... listo. Evitar ser manipulada por los poderes mentales de la chica mala del colegio... listo. Entregar el trabajo de robótica a tiempo... listo. Decirle a tu amigo que su...