Capítulo 21

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Entonces, recuperar la memoria sobre ciencia del amigo que no es muy amigo, listo. Aprender a hacer pokebolas del tiempo, listo. Aprobar el trabajo de ciencia al entregarlo justo sobre la fecha, listo. Averiguar cómo rayos hizo la novia del amigo no tan amigo para controlar su memoria... ugh. Habían pasado dos días desde que habíamos terminado el trabajo en grupo y todavía no sabíamos absolutamente nada.

Cuando Taylor, Diego y yo estábamos yendo a mi casa para ver si podíamos investigar un poco más, vimos a Iván y a Nátali en la cuadra de enfrente, caminando juntos.

Otra cosa para la lista desorganizada de vida, decirle a Iván que su novia lo engañaba besándose con otros chicos... quiero llorar.

Cuando llegamos a casa, me llegó un mensaje de Jake diciendo que iba a estar en el cine con Camila, emoji de corazón. Me sentí bien por el. Le estaba yendo mejor que a mi, al menos.

-¿Y tu hermano no se va a entrometer?- preguntó Taylor, mientras dejaba su mochila en un sillón.

Negué con la cabeza.

-Está en el cine con Camila. Además ya lo sabe.

Mis dos amigos tosieron al unisono.

-¿Le dijiste a tu hermano?

-Si. Es complicado. El punto es que no te va a meter.

-Bueno- dijo Taylor- como digas.

-¿Y Jake ya está saliendo con Camila?- preguntó Diego- bien por el.

-Si, son adorables- recordé la cena de hacía unas noches.

-Decile a Jake que lo felicitamos- dijo Taylor.

Me acordé de Nátali e Iván.

-Hablando de tórtolos...

-Cierto- Diego sacó su computadora- tenemos que ver si encontramos algo sobre lo que hizo Nátali.

-¡Pero ya sabemos cómo lo hizo!- protestó Taylor- ella lo miró, hizo magia negra de palabras y Iván se olvidó de lo que sabía.

-Pero tenemos que saber exactamente cómo, Tay, así podemos revertirlo nosotros mismos sin tener que hacer que ella lo haga, si vuelve a pasar. Además, a lo mejor podemos inmunizarnos para que no pueda hacerlo en un principio- le dijo Diego.

-Además, cuando hablás así parecés una chica de ocho años- la molesté.

Ella me miró.

-Bueno, también podría romperle el cuello, y así acabamos el problema. Te apuesto que eso una chica de ocho no lo hace.

-Si hicieras eso, Iván te mataría.

-Es un buen punto- murmuró Diego tipeando algo en su computadora desde el sofá.

-¿Por qué? A ver, ella lo usa y lo engaña- argumentó Taylor.

-Pero el no sabe que ella lo usa y lo engaña- apuntó Diego.

Los dos me miraron.

-¿Por qué tengo que decírselo yo?- protesté.

-No decimos que se lo digas vos- dijo Diego- pero estaría bueno que se lo dijeras vos.

-Básicamente porque vos sos más cercana a él que nosotros- explicó Taylor- y porque Diego es demasiado correcto para decírselo sin tirarle una charla de media hora sobre como unos no son indicados para otros en el amor y bla bla bla...

Diego resopló. Taylor revoleó los ojos.

-No te ofendas, tranqui, que te quiero igual.

Diego abrió los ojos como platos. Yo me quedé boquiabierta. Taylor pareció darse cuenta de lo que había dicho.

Sombras y FuegosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora