Capítulo 13

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Foto de Iván Mendoza arriba. Hecha en Artbreeder.

-¡Chicos!- interrumpí, al darme cuenta de que no estaban interesados en preocuparse por un posible jefe que le daba pokebolas a la gente- ¿No se dan cuenta?

-¿Qué?- preguntó Diego- ¿De que es Alquimia?

-¡Por supuesto que es Alquimia!- se emocionó Taylor.

-¡Por supuesto que NO es Alquimia!- dije- pero el hecho de que ahora los criminales tengan artefactos que detengan el tiempo es malo.

-Yo sigo sin saber quien es Alquimia- murmuró La Flama.

-Bah, el jefazo no puede ser tan malo-comentó mi amiga- Solo tenemos que encontrarlo, y ya está.

-Pero si el "Jefazo" tiene el conocimiento necesario para detener el tiempo, y puede que cosas peores- reflexionó Diego- entonces podría ser igual de peligroso que Alquimia, o incluso más peligroso.

-Entonces... ¡SANTA MADRE DE LAS CABRAS!- Taylor casi me deja sorda- estamos todos muertos.

-Perdón, Agus, ¿Por casualidad dijiste "Santa madre de las cabras"?- preguntó mi compañero.

-No debiste haber hecho eso, hombre- suspiró Diego.

-Si, ¿Tenés algún problema, Flamachico?

-No, solo que...

-Ah, ya veo. ¿Es que no te gustan la cabras? ¡¿Tenés algo en contra de las cabras?!

-... No, solo...

-Porque si tenés algún problema con las cabras, puedo y ahí mismo y lo arreglamos a puño limpio. Y no me importa que escupas fuego por el pelo, porque ya vas a ver...

-Amiga, mejor no- le interrumpió Diego- tenemos que investigar sobre el tema, y necesito de las mejores (y únicas) hackers que conozco.

Taylor gruñó, pero dejo de amenazar a La Flama a muerte.

-Tu amiga da miedo- murmuró el.

-¡¿Que dijiste Fuegito?!- Gritó ella por el auricular.

-No dijo nada, nos vemos, ¡Chau!- y colgué el auricular. Miré a mi compañero- Lo mismo digo- me despedí mientras me transportaba a mi cuarto.

Mi celular sonó. La pantalla mostraba un número que yo no conocía. Atendí.

-¿Hola?

Desde el otro lado se escuchaba a una persona respirando pesadamente.

-Yo... Soy la muerte...-esperé, sin creerle ni un poco- Nah, mentira. Soy Iván. ¿Como estás?

-Sos un poco insoportable. ¿Te dijeron?

-Yo también te quiero, Eri.

Me reí.

Iván y yo habíamos sido compañeros desde que mi familia se había mudado de La Plata. De hecho, habíamos sido siempre Iván, Diego, Taylor y yo, hasta que Nátali, la actual novia de Iván, apareció. Y por un tiempo, un tiempo muy corto, fuimos Iván, Diego, Taylor, Natali y yo, pero solo porque Iván la amaba, porque a Diego, Taylor y a mi no nos caía muy bien.

En efecto, Taylor la describiría como egocéntrica, manipuladora y falsa, Diego la describiría como no muy simpática y yo... Bueno, es complicado.

¿Que por qué es complicado describir a Nátali? Bueno, porque Nátali en si era complicada.

Al principio, Nátali nos había parecido simpática. Cuando Iván nos la presentó un poco raro:

Hace un año, más o menos, estábamos esperando a Iván en nuestra mesa usual de almuerzo. Lo habíamos estado esperando por más de quince minutos y no había llegado.

No era la primera vez. De echo, ya rara vez se acordaba de sentarse con nosotros.

-¿A alguno le dijo algo?- pregunté después de haberme fijado por octava vez mi celular.

Diego negó con la cabeza.

-Tal vez lo retuvieron después de clase- suspiró- otra vez.

-¿Y a vos por qué te interesa tanto?- preguntó Taylor con un tono de voz raro- ¿No será que...

Le metí su hamburguesa en la boca antes de que pudiera seguir insinuando cosas.

-Tampoco sería una sorpresa, Érica- comentó Diego- sería la parejita perfecta.

Ellos dos chocaron puños, mientras que yo revoleaba los ojos. Entonces llegaron. Iván se dirigía a nuestra mesa con una chica de pelo teñido de azul, facciones expléndidas, intensos ojos grises, que contrastaban con su piel oscura. Estaba usando una remera ajustada y unos jeans todavía más ajustados, y subida a unas plataformas de como diez centímetros.

-¿Y esta flaca quien es?- susurró Taylor- ¡Se va a caer!

Llegaron a la mesa. Iván tenía la misma cara que ponía un cachorrito emocionado.

-Chicos- empezó- ella es Nátali. Mi novia.

Y, en ese momento, el rastro de felicidad, o siquiera neutralidad, desapareció por completo.

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