Capítulo 9

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Foto de Camila Shay arriba. Hecha en Artbreeder.

-Jake- dije sorprendida- Hola.

¿Había visto algo?

El no dijo nada. Solo se quedó con la misma cara de sorprendido. Le pasé una mano frente a la cara.

-¿Que te pasa? Parece como si hubieras visto algo raro.

-Bueno- dijo el con un hilo de voz- si vi algo raro.

Raios.

-¿Y que viste?- le pregunté.

-Bueno, es curioso- comentó el- vi como mi hermana menor aparecía de la nada.

Maldición.

-Érica- continuó el- ¿Vos sos La Sombra?

-¿Quééééééééé? ¡Noooo!- dije intentando parecer natural.

Me apoyé en mi escritorio, pero lo terminé traspasando.

-Detesto los eclipses- murmuré.

El me miró, todavía incrédulo.

-Si, aja, no sos La Sombra. 

-Bueno, puede que si sea un poco La Sombra.

Me levanté.

-Igual, ¿Que hacías en mi cuarto?- le pregunté.

-Venía a decirte que Camila dijo que si.

Me tapé la boca con las manos.
-¡Al fin!
El se rascó la nuca con una mano.
-Si, al fin.
Entonces me di cuenta de lo que estaba pensando.
-Jake, escuchá. Vamos a hablar de esto mañana, ¿Si? No quiero arruinar tu noche con Camila.
El asintió.
-No estés raro. Solo actuá como si no hubieras visto nada hasta mañana.
El volvió a asentir.
-Espero que todo salga bien- Jake parecía un cachorrito.
-¿Y cuando llega ella?
Alguien tocó a la puerta.
-Ahora- dijo Jake, y fue a abrir la puerta.
Yo me emprolijé lo más que pude. Antes de abrir la puerta, el me miró.
-¿Estoy bien?
Fruncí el seño. Le emprolijé la camisa.
-Más o menos. Si. Todo bien.
Abrió la puerta. Del otro lado se encontraba una chica castaña de ojos verdes, con la nariz llena de pecas, tez morena y una sonrisa radiante.
-Hola Jake.
-Hola Cam- le dijo el ruborizánsose- gracias por venir.
-Un placer- dijo ella poniéndose un mechón de pelo detrás de la oreja- no me perdería el gulash afamado de tu papá.
Los miré. Si hubieran estado ahí, hubieran visto que los dos estaban perdidos por el otro. Era obvio que Camila no estaba solamente ahí por el gulash.
-Ah- Jake me apuntó- esta es Érica, mí hermana menor.
-Hola- me extendió la mano con una sonrisa- soy Camila. Podés decirme Cam. Pero por favor no me digas Cami. No me gusta mucho que me digan Cami.
-Tomo nota- le estreché la mano.
Llegaron mis padres.
-Vos debes ser Camila- dijo mi mamá- mí hijo habla mucho de vos.
Camila le sonrió.
-Es un gusto.
-Jake te invitó a comer mi gulash- dijo papá- pero ¿Segura que viniste solo por eso?
Esta vez se ruborizaron los dos.
-Papá- le murmuré- vas a matar a Jake.
-Pero si se nota que vino por algo más hija- mamá si se dió el tacto de susurrarlo.
-Bueno- mí hermano aplaudió- ¿Ya está el gulash?
•••
-El gulash estuvo delicioso, señor- comentó Camila cuando terminamos de comer.
-Por favor llámame Carlos, niña- le dijo papá- me hacés sentir viejo. Y si alguna vez querés volver, seguro mí hijo estará encantando.
Pobre Jake.
-Te acompaño a tu casa- le dijo.
-Gracias- le contestó ella.
Los vi a los dos irse por la puerta, mientras se miraban con ojos soñadores.
Esos dos merecían un final feliz.

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