Tres días después, Mateo y Manuel estaban en la cancha del colegio junto con sus compañeros de equipo, únicamente estaban escuchando lo el entrenador les decía sobre las prácticas mientras estos estaban en las gradas mirando al profesor.
Lo que llamaba más la atención era ver a los dos chicos más violentos, problemáticos y haberlos visto pelearse incontables veces en el pasado llegando a irse suspendidos días por su conducta, más Palacios que Vainstein. Aún que igual era extraño verlos tan unidos cuando todos veían como se odiaban en el pasado.
Eso ya no solía suceder.
Pero un grupo de pibes detrás de ellos los miraban mientras susurraban burlones al verlos.
Aparentemente Manuel estaba sentado una banca arriba tomando de lo más normal a Mateo de la cintura, mientras, éste acariciaba sus rodillas estando entre sus piernas. Palacios tenía sus piernas flexionadas, miraba y escuchaba lo que el profesor les decía.
Pero Manuel estaba más centrado en los burlones a su costado en la parte de atrás, traba de ignorarlos mientras miraba las caricias que Mateo hacia sobre sus rodillas y en ocasiones acercaba sus labios para dejar un beso en estás.
—Les borraré la sonrisa a esos salames—dijo entre dientes, Mateo llevó su mirada a su rostro tensó, después miró a los tres pibes detrás de ellos.
—No les hagas caso. ¿Quién no quisiera este en mi lugar? Estar entre las piernas de Manuel Vainstein es un privilegio, baby—Manuel frunció sus cejas bajando su mirada, encontrandose con los grandes ojos de Mateo.
El rizado sonrió cerrando sus ojos enchinados antes de volver a mirar al profesor, el castaño no pudo contener su sonrisa, ver a Corazzina entre sus piernas casi recostado sobre él y acariciando sus rodillas; parecía que estaba viendo a un pequeño nene, a un ángel.
Manuel pareció suspirar ignorando los murmullos detrás suyo para apretar a Mateo de su cintura hacia él, poniendo su barbilla en su hombro y chocar sus mejillas.
—Me encanta tu perfume—dijo Mateo suspirando y recargandose en él. Manuel beso su hombro girado su rostro a él para besarlo, pero el profesor hizo sonar el silbato para que todos fueran a la cancha e inicié el juego.
Interrumpiendo lo que Manuel tenía pensado hacer.
—Palacios y Vainstein, necesito hablar con ambos—les dijo el entrenador, Mateo se puso de pie al igual que Manuel, ambos bajaron hasta el entrenador sin saber de lo que se trataba.
Ambos eran los mejores jugando en el equipo, los dos ya no habían causado problemas desde hace semanas.
—¿Qué está pasando entre ustedes dos?—pregunto el entrenador, al parecer los alumnos no habían sido los únicos en darse cuenta.
¿Y como no? si ambos no habían sido discretos desde que Manuel caminaba de la mano con Mateo, ganándose las miradas de los profesores y estaban los mismos que los habían separado la última vez que se pelearon, mirándoles como si fuera una clase de broma.
—¿A qué se refiere?—pregunto Mateo, Vainstein sabía a lo se refería y también sabía que Palacios solo quería joder al profesor.
—Los alumnos más problemáticos, que se peleaban como si fuesen unos camioneros en los pasillos, de eso, a hacer los más importantes para el equipo y verse juntos como si...
—Lo que pase entre Matu y yo fuera del colegio es cosa nuestra ¿O le afecta de algún modo?—Manuel pareció realmente serio elevado una de sus cejas al profesor enfrente suyo.
Mateo sonrió de lado al escuchar lo bien que quedaban el Matu salir de su boca. Dios, tenía ganas de besarlo sin importar que el entrenador los viera.
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ƇƠƝƬƦƛƦƖƠƧ·TruepliK·
Fanfiction»ƇƠƝƬƦƛƦƖƠƧ« [Trueplik] |»Manuel y Mateo son estudiantes del Colegio y no se soportan el uno al otro, sin embargo esto no durará para siempre. Conforme el tiempo se darán cuenta cuanto pertenecen el uno por el otro, con ello demuestran solo peleas...