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Después de ese momento sobre pensar en algún tercero sobre su camino, ahora estaba mirando la tarde en la escuela pensando demasiado al respecto sobre otro tema.

Es que Mateo ni de chiste podría parecer como si nada hubiera pasado, o al contrario, pasarse tanto que hasta emocionado se encontraba. Más cuando el mismísimo Manuel Vainstein le había tomado después para chocar sus labios contra los suyos.

No era cuestión de inseguridad, pero estaba segurísimo, segurísimo que Manu gustaba de él y podía decirle a cualquiera lo que ocurrió y le diría lo mismo.

Carajo.

—Estuvo tan bueno... Posta que no sabría cómo describirtelo mejor—le dijo a Franco, ambos permanecían detrás como ya era costumbre.

Mateo estaba espaldas al pasto verdoso debajo de él, mientras que el de ojos claros permanecía a su lado de igual manera.

—No me gustaría saberlo a detalle sinceramente—dijo Alaniz mirando hacia el cielo azulado.

—No te estoy preguntando si querés o no boludo, estoy contándote porque sé que a Vainstein le gustó.

Mateo se sentó tomando su mochila sin mirar al mayor más empezó su camino a su aula de clase, no era por su enojo o por lo confundido que estaba se desquitará. Pero una ganas tremendas de cagar a trompadas al rubio que estaba justo a su lado.

Que no pudo, se había dicho a si mismo que no lo haría y que no volvería a agredir a nadie. Por él, por su padre y por Manuel.

—Hola Goa, que bien te vez hoy—soltó, sin darse tiempo a retomar o procesar lo que le dijo al rubio que de veces le encontraba en los baños y le golpeaba hasta el cansancio.

O no tanto así, claro.

La cara de aquel pibe le estuvo rondando la cabeza hasta llegar a su aula. En ningún momento había sido su intención en chamuyarle, es más el ser segado por la belleza de Manuel le había impedido ver lo lindos que eran algunas de sus víctimas.

Que por su culpa sus rostros habían sido golpeados en ocasiones, sin embargo seguian siendo lindos.

Después de su hora de clase, tuvo que irse directamente a su casillero por algunos libros, era extraño de él pero por ese pasillo solía pasar Manuel con la minita cheta de su novia.
Pero no todo fué como lo esperaba, Daniel Ribba, era Dani quien estaba a lado de Alise justo pasando por enfrente suyo.

Quedó boquiabierto y no solo fue él, los alumnos que estaban también les miraron completamente extrañados por no ver a la increíble pareja de Manuel y Alise.

¿Por qué Ribba estaba con ella?

¿Entonces dónde estaba Manuel? Quizás habían terminado su relación por él, quizás y Daniel o Valentín le hablaron sobre esa vez.

Mateo muy en el fondo quería que la castaña se enterará de lo suyo con Manuel, que lo había probado y lo había acariciado.

—¿Nos vemos después Mateo?—la voz reconocida para sus oídos, particularmente Mich estaba tomándose un mechón de su cabello mirandole con picardía.

Suspiro acercándose a ella lo suficiente como para escucharla suspirar por eso.
—No creó que vuelva a pasar...lo siento—susurro, deposito un pequeño beso en su mejilla antes de irse y doblar a otro de los pasillos.

Estaba dispuesto a terminar con lo que armo desde un principio y dejarse ver cómo un buen pibe que era digno de ser novio para Manuel. O quizás uno que realmente los tenía puestos para que ambos terminen siendo los dos pibes más violentos de todo el colegio.

ƇƠƝƬƦƛƦƖƠƧ·TruepliK·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora