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Vainstein estába en su habitación, acostado en su cama mirando el techo, solo estaba esperando la hora para salir, no se quedaba de ver con nadie sólo él salia a despejar su mente. No hasta que pensó en lo que su hermana hace algunos minutos le dijo, sabe que lo decía por joder, pero sin embargo volvió a pensar en Mateo, que ese rizado juegue con los sentimientos de su hermana, ese hijo de puta.

Ya quería salirse de su casa, su madre había salido de visita con su tía, el solo se quedó con su hermana, ya estaba fastidiado quería olvidarse de la situación, el equipo de lacrosse y bueno con el gil de Palacios.

Seguía mirando el techo, solo rodó las ojos cuándo un sonido lo saco de sus pensamientos, era su teléfono; una llamada entrante.

—Si Alise, mmm...claro llego en 10.

Algunas veces, Alise salia con su novio, solo a joder por las calles y "a portarse mal". Por otro lado el quería estar solo o simplemente tomarse un tiempo sin nada de esas cosas, pudo a ver dicho que tenía otros asuntos, pero no, en esos momentos estaba bajando las escaleras. Ya estando en el auto arranco, no sin antes de gritarle a su hermana que volvía al rato.


***

Justo estaba por levantarse estaba muy cansado, pero un sonido en su ventana hizo que se despertara.

—Soy el mejor—decía mientras sonría en el espejo, ya se había bañado, cambiado, solo estaba retocase su peinado.

Bajo las escaleras, tomando entre sus brazos a su hermano pequeño.

—¡Tadeo irá a ver si a su novia hoy!—dijo su hermano en tono de burla, ya Mateo lo había sentado en la mesa justo a su lado.

—Hay si y eso que eh. Y no soy Tadeo...—dijo desordenado su cabello y con una cara de disgusto.

—¿Te vaz temprano hoy Mateo?—pregunto su padre, que el día anterior había estado bebiendo toda la tarde hasta que se quedó tumbado por el alcohol. En seguida tomo asiento en la mesa.

—Si, por cierto ya me voy—se levantó de su asiento, tomando su mochila, se despidió de su padre, también de su hermano menor y salió de su casa.

Palacios era un chico re bueno, solo que en el colegio se veía de otra forma, tenía ya la pinta de ser "el chico pesado" y bueno, claro contando al pelotudo de Vainstein; bueno no es que le ddisgustara ser conocido así, la verdad le divertía.

Al llegar al Colegio se dirigió a su casillero. Como si no fué peor estába llegando de nuevo Vainstein por los pasillos con su novia, por si fuera poco todos los miraban, algunos con envidia, otros con temor, mucho más a Vainstein y otros pero pocos solo los pasaban de largo.

Mateo serró su casillero con algo de fuerza; arco una de sus cejas y miro a la pareja que se dirigía a otro pasillo.

—Menos mal qué no se cruzaron por aquí—susurró Trueno para si mismo.

Su mirada se dirigió hacia el lado mirando al pibe de ojos celestes guardando sus libros en el casillero.

...

Y para cuando se percató de que Trueno estaba acercándose cerro rápido y giro para irse; demasiado tarde.

—¿Por que te escondes?—pregunto Palacios, lo tomo de la muñeca mientras miraba al chico fijamente a los ojos, mantuvo su rostro serio.

—No me escondía, solo que se me hace tarde...—trato de solo irse lo que no lo obtuvo.

—No, tu no vas a ningún lado, no sin antes venir conmigo—dijo manteniendo la postura seria y desafiante.

Franco lo miro serio, para luego safarce del agarre. El tenía algo con Palacios, no era amistad pero tampoco rivalidad. Lo de ellos dos era algo bastante complicado.

—¿Por qué tendría que ir con vos? sos un rompe bolas Palacios, andate que yo tengo que ir a clase...—justo cuando se iba a girar para irse, Trueno lo toma de nuevo de la muñeca ahora poniendo más fuerza en el agarre.

—¿Cómo te he dicho que me llames?—. Hablo desafiante mirando el rostro de Alaniz, tomando su barbilla con su otra mano.

Franco suspiro pesado, movió su cabeza con la intención de quitar la mano de Mateo que sostenía su barbilla.

—Teo...—dijo en un susurró pero lo suficientemente fuerte para que Mateo lo escuchará, estaba mirándolo.

—Vendrás conmigo—Alaniz rodó los ojos y se dejó guiar por el agarre secó de Mateo. Comenzaron a caminar por uno de los pasillos.

Franco estaba extrañado, las razones por las que Mateo le pide quedarse con él, es un gil, se puede decir que nunca tiene nada mejor que hacer más qué andar jodiendo.

—Palac... Mateo, ¿por que haces esto?—Alaniz miraba a todos lados menos al menor porque sí, el morocho siendo menor y no poder quitarlo de encima.

Ya tenía tiempo que Trueno hace lo mismo con Alaniz, solo lo busca y no sabe cómo le esperé; algunas veces el más alto se sentía un tanto nervioso en cuanto ve a Palacios. Cómo no estarlo, no sabes que te esperas si buenas o malas actitudes.

Eso es el Trueno, puro ruido.

























•••


ƇƠƝƬƦƛƦƖƠƧ·TruepliK·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora