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Palacios estaba totalmente rojizo, bajaba los escalones con rapidez poniéndose su ramera, dispuesto a acomodar lo que le faltó del comedor. Miraba hacía abajo tratando ignorar la presión en su pecho pero segundos después escuchó pisadas bajar por las escaleras.

—Espera...—le dijo Manuel tomandole de la muñeca, su mirada se fue a su agarre dispuesto a ignorarlo, pero Manuel bajo totalmente los escalones y se puso justo enfrente suyo—. Espera, por favor.

—Manuel de verdad no necesito que tengas lastima ahora, no es el momento—dijo entre dientes, cerro sus puños con estrés antes de que Manuel le tome de su pecho.

Corazzina sintió su respiración chocar contra su rostro, entrecerro sus ojos tomado a Manuel de los brazos para alejarlo un poco.

—Mierda, no quiero que te molestes.

—No estoy molesto, lo entiendo...—volvió a decir Palacios, más tranquilo por dejárselo claro. Sin embargo, Manuel no estaba de acuerdo, aún sí eso fuera cierto, Mateo no se rendiría tan fácil ante esa situación.

—Entonces dime, ¿Por qué saliste así del cuarto? ¿Por qué no me insistes más que solo eso?

Palacios frunció el ceño levemente dispuesto a separarse y terminar de baja los últimos escalones, pero la fuerza con la que lo tomo Manuel de sus brazos le detuvieron.

—La concha de la lora, Manuel—le dijo mientras ambos forcejeaban y Palacios se dió cuenta que se había olvidado de la fuerza que tenía Manuel, admirando eso—. Simplemente no quiero obligarte, si vos no querés ya está, no pasa nada...

—¿Realmente te gusto lo suficiente?—volvio a cuestionar Manuel ignorando lo que le dijo, Corazzina dejo de recistirse quedando agitado. El castaño aflojó más su agarre sin dejar de mirarlo.

—Si, mucho.
Ver a Vainstein agarrándolo, sin ramera y solo con su pantalón era realmente un sueño. Seguía demasiado duro como para no ver todo con segundas intenciones, pero definitivamente le encantaría que esos brazos lo tomarán de la cadera y lo apretaran.

Y volviendo a sentir su rostro arder por la sensación, llevo sus manos al pecho de Manuel acariciando la parte de sus pectorales, sus clavículas...
Su piel tan tersa y suave, Manuel es imposible.

—A mí...si me gustas Mateo—lo escucho decir, sus ojos subieron a los suyos sin saber que decirle. El mayor simplemente se humedecio sus labios antes de decir—. Y quiero esto...de verdad. Te necesito.

Con esas palabras Palacios entreabrio sus labios sorprendido, pasando unos segundos sintió los labios de Manuel presionar los suyos, acariciando después la cintura desnuda del mayor.

Recorriendo la adrenalina en el cuerpo de Manuel, jadeo sorpresiva entre el beso, tomó a Mateo de su espalda pegándole a él por completo tomándolo por sus muslos. Manuel lo cargo dispuesto a irse a la habitación de nuevo. Sin embargo, sin dejar de besarlo y sentir los brazos de Mateo en su cuello, Manuel se detuvo a mitad de las escaleras dejando al rizado sobre éstas.

Acariciando su abdomen y abriendose paso entre sus piernas, Mateo al darse cuenta jadeo sobre sobre su barbilla al separarse unos segundos.

Se abrazo a él mientras Manuel besaba, lamía y jadeaba en su cuello. Mateo hundió sus dedos en la espalda descubierta del castaño para moverse debajo de él.

Manuel se separó un poco para sacar la ramera del menor apresiándolo un poco. Gracias a la posición en la que estaban, Manuel sentía la erección de Mateo presionando la suya sobre su ropa y ambos jadearon cuando Manuel se frotó sobre éste, se movieron estremeciéndose uno detrás otro.

ƇƠƝƬƦƛƦƖƠƧ·TruepliK·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora