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Mateo sabía que Manuel estaba con sus audífonos pero no sabía si solo se los ponía para tener la facha o de verdad escuchaba música, no había volteado en ningún momento, estaba cerrando el cierre de su bolso deportivo tranquilamente. En ese momento Mateo no se había dado cuenta que el color rojo era su color, o no, sin duda todos los colores son el color de Manuel Vainstein.

Y su mirada se encontró con los ojos almendra que le miraban tranquilos, neutros, él había estado jugando más debe de estar cansado, lo veía en sus ojos.

—Manuel yo...quería hablar contigo—estaba tan nervioso que sentía que no podía controlarse, le iba a decir al fin le iba a confesar. Bueno si es eso.

Pero no contó con que Manuel quitara sus audífonos, tomándose el tiempo de sacar su celular y poner pausa para después guardarlo en su jogger en color negro.

—¿Como dices? No te escuché tenía el volumen alto—hablo Manuel, mirándolo. Eso le puso más nervioso, estaba, lucía tan tranquilo. A comparación de hace unas horas antes dónde casi sonreía mirándole a los ojos.

Sacudió esos pensamientos fuera. Mateo se puso serio, llevaba diciéndole como tonto ya dos veces.

—Que...solo quería hablar contigo.

—¿Sobre qué? Hace cuánto Mateo Palacios quiere hablar conmigo sin llegar a los golpes primero—dijo Manuel, pasando su mirada por los pantalones de Mateo para después mirarlo a la cara.

Mateo abrío su boca pero no salió nada de está, tenía razón luego se comportaba como un estúpido niño, pero ahora no, solo pensar en que le tenía que decir se estaba arrepintiendo.

—Solo dejá que hable, estos últimos meses me he comportado como un pelotudo y lo sé, entiendes.

Manuel lo miró con el ceño levemente fruncido, elevó la comisura de su labios haciendo un pequeño puchero. El cual no pasó desapercibido por el rizado.

—Bueno, habla entonces...

Palacios soltó el aire contenido después de lo último dicho. Ahora sí.

—No se por que tenía el comportamiento...pero bueno vos no te quedabas atrás así que yo solo me defendía. Claro luego yo te...te provocaba y eso, el punto es que ya no quiero que todo el colegio me mire cómo lo hace y ya no le veo el por qué a nuestras peleas de pasillos y baños, en todos los sitios quiero decir, no le veo el sentido—soltó el aire contenido. —Tambien ya no quiero que nos llevemos así, quisiera que nos llevemos bien y que... Me regales una de tus sonrisas.

Vainstein se mordió el labio, estaba examinado a Mateo cuidadosamente, no sabía si esto era otra de sus palabras falsas para después seguir con lo mismo aún que Mateo nunca le había dicho aquello, siempre eran insinuaciones fuera de lo común, con sus acercamientos y movimientos atrevidos y descarados hacia él.

Le sorprendió bastante que Mateo se notará sincero, bueno más que nada le pidiera tiempo para decirle...
Eso quiere decir que... Se terminó todo con Mateo y ya no le molestará, ya no se le acercará con esa sonrisa en su rostro, con sus comentarios doble sentido.

Tenía que decir algo, tal vez esta es la ocasión, esta es. Donde puedo dejar todo de lado y seguir, aún que si extrañaría un poco al Mateo de antes

Solo de pensar eso...

—No hay problema con eso...para mí está bien.
La sensación en la boca del estómago era evidente que estába ahí, no sabía cómo reaccionar.

Mateo le miró con los ojos abiertos, también estaba sorprendido.

No, Mateo sos un pelotudo, Replik te va a mandar por un tubo.

ƇƠƝƬƦƛƦƖƠƧ·TruepliK·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora