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Un fuerte golpe se escuchó en el sanitario de los hombres, ahí se encontraba Mateo una vez cagando a trompadas a un guachin por no querer darle su plata de todos los días como venía acostumbrado desde hace semanas, el no quería hacerlo pero se ponían difíciles y eso nunca le gustó.

—Pelotudo, andate a lloriquear a otro sitio...

Mientras el chico salía por la puerta, él salió minutos después más relajado y sonriéndole a las minas que iban pasando, él era todo un campeón con las minas, le encantaba ver como se deleitaban con él.

Por otro lado, Mateo se dirigió hacia su casillero que se encontraba más adelante y una vez que llegado abrió sin problema, lo que no se había dado cuenta era que estaba una mina con el cabello ligeramente rubio, lo miraba desde hace ya rato.

–Un polvo nuevo...–pensó Mateo mientras la miraba discretamente.

***


Mientras de otro lado del colegio, una brisa de aire se presentó e hizo que la hoja volará alejándose, haciendo que Manuel suspiré con pesadez ya que se había tardo en escribir en aquella hoja de cuaderno, se removió un poco en el césped donde tomaba su rato a "solas".

—Eu, amor...

—Lo siento, pero te he dicho que cuando estoy en este lugar no me molestes...—Alise la novia de Manuel, una chica con cabello castaño a la altura de sus hombros, de su misma estatura y con unos ojos color café oscuros.

—Ay, solo quería estar con vos, mi amiga se fué con Valen y bueno no quería molestarlos.

—Solo...—suapiro el castaño—. Vamos a otro lado—se puso de pie tomando de la mano a su novia, ella sonrió radiante mientras el aún estando con ella, tenía su rostro relajado y serio como la mayoría de las veces.

Lo que pasó después fué estar por los pasillos de aquel colegio con algunos alumnos caminando a sus casilleros, platicando entre si, mientras Vainstein se paseaba con su novia, él se fue por un momento con el motivo de pasar al sanitario, mientras su novia se había quedado esperándolo del otro lado recargada en uno de los muros del colegio

—Mirá nadamás... Te vez ardiente Alise. Deja a ese pelotudo de Vainstein y vení conmigo, tocaras el cielo—ella estaba solo ignorandolo con los brazos cruzados, pero en eso aquel pelinegro se empezaba ha acercar más a Alise.

Escuchandose la voz presente de Vainstein unos segundos después.


—Ey ¿qué mierdas le decís a mi novia?—dijo Manuel agarrando a el pelinegro por el hombro con advertencia, dándole segundos después un golpe en el centro del el rostro, haciendo que éste se tambaleara un poco hacia atrás.

—¿Querés problemas? No penses acercarte de nuevo, porque a la próxima no la bancas, déjate de tonterías y rajá de acá—el chico solo se tomó la nariz que posiblemente RepliK le había roto, se dió media vuelta con la mirada enfurecida y se fué justo por enfrente.

...

Mateo miraba expectante al igual que algunos alumnos y otros que solo pasaban de largo. Había visto a los alumnos mirando un lugar en específico, solo se acerco a ver mirando a nadamás y nada menos que a el pelotudo de Vainstein, le miró sin decir nada.

Sin embargo el mayor de los dos logro enfocarlo de entre los estudiantes que pasaban por el pasillo del colegio, cuando su vista estuvo en Palacios sin expresión alguna, pasaron minutos después para simplemente girarse tomando a su novia yendo a su clase.

El rizado tomaría la suya, él era menor que Manuel por lo que eso era lo que hacía más interesante todo lo de ellos dos, diferentes clases mismo colegio, eso es lo que hace más inquietante la relación entre ellos dos.

***

Llego la hora del almuerzo, las clases pasaron y Palacios lo agradecía heternamente, salió directo al comedor del colegio llevándose algunas miradas de varios nerviosos y uno que otro temeroso de él, también algunas minas con ganas de una buena tarde o noche.

Justo estaba tomando su lugar en una de las mesas, ese día estaba esperando que su amigo lo acompañara pero aún no llegaba. Había pasado un rato cuando en eso la mina de cabello castaño claro, de ojos oscuro se acercó a él con su mirada encima.

—¿Qué pasó Palacios, cansado de ser el segundo en todo después de Manu?—pregunto Alise con una sonrisa burlona.

Aparte de tonta, mensajera la mina.

Mateo le miró con una sonrisa dulce y dijo.
—Para la otra decile a Vainstein que venga y no mande a sus perras de mensajeras, gracias—sonrio sarcásticamente viendo a la chica.

Alise solo lo miro con odio para después rodar los ojos e irse con su novio del otro lado, sin antes maldecir a Mateo por lo bajo. Manuel siquiera estaba enterado de aquello pero aún así le encantaba ver cómo Mateo se calentaba por sabes su posición con su novio, desde hace algunos años ellos vienen haciendo este tipo de cosas y Alise se encargaba de burlarse de aquel rizado.








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ƇƠƝƬƦƛƦƖƠƧ·TruepliK·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora