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Después de haber platicado y arreglado todo el mal entendido que se hizo Mateo. Estaban esperando a que llegarán por el mayor de ellos dos.

—En serio, posta que tenía esa sensación de que te conocía, tanto rato sin saber de vos Daniel...— Mateo sonrió, al parecer no era lo que pensaba cuándo solo el chabon se limitaba a mirarlo.

—Si, bueno si cambiaste demásiado, eras solo un nene y mírate ahora sos un pibe fachero y re bello—. Habló Daniel con un tono divertido.

Daniel del Toro, su antes compañero y amigo, al cual le tenía en su tiempo la confianza, siendo una parte de su adolescencia. Él chico y Mateo habían tenido una amistad en el pasado, pero pasado pasado, ya que Palacios estaba por olvidarlo. Daniel siempre fue un amigo muy especial, siempre tuvo también a Camilo, éste Alejandro se alejo por cuestiones que ni él mismo recordaba; ya no le importaba, solo para él estaban sus amigos actuales y nadamás.

Que al momento Mateo se puso algo decaído, en su momento, igual por poco lo olvidaba. Eso si Mateo siempre ha sido él mismo.

Pero nunca imaginó encontrarlo en el colegio nadamás le faltaba este año para terminar. Por lo que le contó el mayor a Mateo, éste llevaba una semana, y decidió unirse al equipo de lacrosse igual.

—Acordate de eso uff, ya fué ché— sonrió un poco recordando cuando era más chico.

Daniel acintío sonriendo de vuelta.
—Espero que nos hablemos más seguido.—dijo Daniel, Mateo lo miró y sonrió no muy amigable.

Estaban ya en la salida del colegio, Palacios se despidió del mayor éste se fue en carro ya que venían por él. Por problemas, problemitas, que había tenido en su anterior colegio.
Mateo se fué caminando una vez más a su casa.

Tal vez le llamaría a Ribba después, o hablarle el domingo, era fin de semana. Pero igualmente aún estaba extrañando por el comportamiento de su amigo.

Al rededor de unos 30 minutos llego a su casa, entró abríendo el zaguán, se notaba que no había nadie, todo apagado y sin ningún ruido. Miró al rededor en cuanto abrió la puerta principal de su casa.

—¡Ya llegué! Emilio, pa' , estoy aquí...—dijo Mateo dejando su mochila en el piso y sentándose en el sillón más cercano. Suspiró echando su cabeza hacia atrás cerrando sus ojos.
De inmediato Manu al instante en sus pensamientos ese pibito lo tenía siempre dentro de su mente.

No hasta el momento en el que fueron interrumpidos hábilmente.

Sintió como se le subían a su regazo de una manera brusca sintiendo un peso considerable sobre sus piernas, de inmediato abrío lo ojos incorporándose mejor, aún sentado.

—Hola Mateo.

Los ojos de Palacios brillaron al notar de quién se trataba lo abrazo de inmediato, éste le devolvió el abrazo sonriendo, tomandolo por su nuca sintiendo el cabello casi húmedo de Mateo por el anterior baño en el colegio.

—¿Que estabas con una pibita y te bañaste haya?—hablo su amigo sonriendo.
—Solo... cállate boludo.

Se incorporaron estando ya ambos de pie, Mateo aún estaba aferrado a su amigo.

—Dale ya Mateo, calmaté que no queremos algo acá.

Se alejó mirándolo de pies a cabeza.
—Estas tan grande ya casi me pasas boludo—, lo examinó de nuevo con la mirada fija en él.
—Y estás increíblemente atractivo, claro después de mí...

Mateo río un poco por lo que había dicho su amigo.

—Camilo hace tanto él no verte, y me sales con esto, dime chabón qué tal todo ¿cómo estás tú? Tu familia, tu viaje...

ƇƠƝƬƦƛƦƖƠƧ·TruepliK·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora