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La charla con el director había durado mediamente más de lo que pensó Mateo, y es que su cabeza no daba para otra cosa que no fuera la picazón en sus labios.
Era inevitable, estaba echó un completo desastre, se sentía agitado, feliz y radiante...

Sino fuera por qué el director dejo a Manu salir antes que él ya lo tuviera acorralado de nuevo. Ahora, volviendo a lo que pasó, no supo si tenía algo con Manuel. Ya que cuando el director le dijo que ya se podía ir, en ningún momento el castaño se volteó a mirarlo.

Era para que le mirará y le guiñase el ojo o algo por el estilo, incluso que lo esperara afuera.
Quería pensar que lo esperaría para irse juntos. Pero eso no pasó. Cuando salió de la dirección ya habían tocado para la salida, así que fue directamente a la salida del colegio pero ya no se encontró con el mayor.

—No puede ser...—se repetía varias veces mientras esperaba en la parada del colectivo. ¿Y si por culpa de que lo besó Manuel ya no le quería ver?

Un momento ¿Desde cuándo se preocupaba de esa forma?

Ahora lo sabe, y tenía que admitirlo, le encanta Manuel, desea a Manuel y Manuel gusta de él. O no, bueno en verdad sólo le había correspondido ¿Eso significaba que gustaba de él?
No, puede ser que sintió lástima y nadamás.

Capaz hizo las cosas más incómodas entre los dos.

Eso hizo que recordará el momento en que le pidió, casi le rogó a Manuel que se quedará a corresponderle el beso.
Sentía vergüenza ¿Como se habrá visto pidiéndole eso a Vainstein? Necesitado, muy necesitado pero si no lo hacía en ese momento, no se habría animado después.

Se mantuvo todo el camino dándole vueltas y vueltas a lo mismo. Pero ya era pasarse, cuando llego a su casa saludo a su padre, hermano y se fue directo a su cuarto. Sonriendo a más no poder.
Parecía que estaba soñando o algo. Ese beso había sido tan rico, tan único, íntimo. Tan su momento.

—Un momento...—se sentó Mateo en su cama ya que había llegado y se había tirado en esta  sonriente.—Manuel aún está de novio...

Mordió su labio. —Tal vez la termine.

—No, no, Mateo...estás perdido—se recostó en su cama de nuevo, suspiró soltando una risita agarrando una de sus almohadas.–Manuel te tiene completamente perdido...–dijo sonriendo, para después morder su labio inferior.

Este día no pudo ser mejor.
Dios..., quería gritar, quería saltar y decir que había besado a Manuel Vainstein.

▪▪▪

A panas y aparco el auto bajó de inmediato entrando a su casa.
—¿Qué tal tu día hijo? venís a comer...

Manuel se quedó a la mitad de las escaleras, miró a su padre unos segundos procesando lo que le había dicho.

—Todo bien, yo...ahora no tengo hambre, gracias, estaré en mi habitación.—dijo dejando a su padre y hermano que estuvo sentado en el sillón viendo todo, se quedaron extrañados. Manuel se veía entre nervioso y desorientado, más por qué notaron como veía hacía la nada. Aún así dejo que su hijo estuviera sólo.

~···~

Manuel entró a su habitación acelerado, cerro la puerta tras él. Dejó su mochila en el mueble que tenía a un lado y se tomó un respiró.

ƇƠƝƬƦƛƦƖƠƧ·TruepliK·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora