Capítulo 9 - Regreso el complemento

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Capítulo 9

Clara Velasco

Desperté con un peso en mi cintura, al alzar la mira me encontré con el rostro de Alex, podía apreciar su rostro, su mandíbula marcada, su piel suave, sus lunares, sus pestañas largas, se veía en paz, su respiración era tranquila, mi mirada paso a sus labios finos y rosas, con mi dedo incide iba recorriendo y cada parte de su rostro.

Mi mirada fue bajando, ¿Cómo se sentiría tocarlo?. Eso pensé y me di cuenta que mis manos se movieron por si solas, acariciando cada centímetro de su abdomen un poco marcado, mi dedo se deslizaba sintiendo ligeramente la suavidad y dureza de este.

Alex se removió un poco y eso me hizo alejar rápidamente mi mano. Lo mire nuevamente y el abrió sus ojos.

-Buenos días, pequeña. -dijo mientras se estiraba un poco y me regalaba una sonrisa.

-Buenos días, Alex. – le sonreí.

- ¿Ya te sientes mejor? – pregunto poniendo su mano en mi frente y después aplastando mis mejillas.

-Si doctor, ya estoy mejor – respondí riendo, Alex sonrió y dejo un beso en mi frente.

Me dio mi teléfono, verifique la hora y eran las 8:00 a.m.

- ¿Podrías llevarme a mi casa?

-Claro.

Alex se levantó de la cama, se colocó su camiseta y zapatos, me entrego mi chaqueta y mis zapatos. Bajamos a la primera plata y nos recibió un olor a humo y alguien saliendo de la cocina, Matías.

Matías era un chico bastante atractivo, era pelirrojo, su piel era pálida y en ella resaltaban algunas pecas, su cabello era rizado, su mandíbula no era tan marcada, tenia un aspecto tierno y rudo a la vez. Venia saliendo de la cocina con harina en la cara, un mandil de vaquitas y un plato en mano.

-Je, ya despertaron. Estaba preparando el desayuno ¿Le gustan los panqueques crujientes? – sonrió apenado y mostro un plato con lo que parecía ser un panqueque quemado.

Alex rio y le di un codazo, este se quejó dejando de reír. Se veía que claramente Matías lo había intentado, me pareció bastante tierno. Pero siendo realistas ese panqueque estaba negro como el carbón y se veía duro como una piedra.

Yo le sonreí agradecida.

-Es muy amable de tu parte Matías, pero le comentaba a Alex que los invitaría a mi casa a desayunar.

- No me di... – le di otro codazo y le hice un gesto con la cara, este se acaricio el brazo y entendió mi indirecta – oh si ya lo recuerdo, puf soy muy olvidadizo. Vamos Mati la madre de Clara tiene una sazón increíble.

-Oh increíble entonces, solo denme un segundo voy por mi chaqueta. – se quito el mandil de vaquitas y subió rápidamente.

Vimos a Matías desaparecer en las escaleras y Alex hablo.

-Auch – se quejo dramáticamente. – Que mentirosa, no me habías comentado nada.

-Dime Alex, ¿Quieres comer panqueques sabor carbón?

-No, que malo es en la cocina dios. - dijo mirando el panqueque con asco.

-Por lo menos lo intento, fue muy lindo detalle. Tu nunca has intentando cocinarme algo.

-Un día lo intentare – respondió Alex tomando una posición decidida.

-Ya veremos dijo el ciego.

El se quedo un poco pensativo a lo que había dicho, miramos nuevamente a las escalares y Matías ya venia bajando. Tomo las llaves de su casa y nos fuimos en el auto de Alex.

Amar es solo para valientes (Miedos y Secretos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora