Capítulo 12 -Él y yo

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Capítulo 12

Clara Velasco

Siempre he sido una chica que se conforma más con los detalles sencillos. Podría alguien regalarme una concha de mar y yo la amaría, por que lo más importante es el significado que tiene o la importancia que tiene esa persona en tu vida.

El trayecto fue un poco largo, pero bastante entretenido, Alex iba hablando sobre lo bien que le estaba yendo en el equipo, está esperando que vayan reclutadores y pueda conseguir una beca deportiva para la universidad, aún faltan dos años para ello pero que mejor que estar preparados.

Por algún extraña razón-extrañamente muy buena-mientras Alex conducía, nuestras manos se daban pequeños roses, el rose de nuestras manos mandaba pequeños cosquilleos que me recorrían todo el cuerpo, es raro sentirlo, aunque también me gusta la sensación.

Cuando por fin deduje a donde nos dirijamos no pude evitar sonreír, Alex aparco el auto y bajamos. Sentí el aire fresco de la playa por todo mi cuerpo, el sol radiante, el cielo de un azul tenue, el agua del mar cristalina, la playa es hermosa.

- ¿La playa? - pregunté y dirijo mi mirada a Alex.

Una sonrisa se formó en su rostro y asiente con la cabeza.

-Es nuestro pequeño refugio perfecto.

Esa parte de la playa estaba sola, todo el mundo siempre iba a una zona en específico, la cual se llena de familias o grupos de amigos. Esta parte de la playa la conocimos cuando recién Alex había conseguido que su padre le prestara el auto, nos perdimos y el auto se apago por falta de gasolina, llamamos a su padre, pero se encontraba trabajando, llegaría hasta la noche, nos aburrimos en su auto y bajamos a explora, fue donde pudimos ver la hermosa zona, estaba completamente sola, la arena era hasta más blanca, el agua estaba hermosa, desde ese siempre íbamos ahí, cuando teníamos problemas y queríamos estar fuera de casa. Era nuestro pequeño refugio perfecto.

Le devolví la sonrisa.

-Y exactamente ¿Qué hacemos aquí?

-Es una sorpresa, pequeña. Vamos cierra los ojos y déjame guiarte.

Lo dudé un momento, pero obedecí. No duro mucho tiempo cuando sentí a Alex enlazado nuestras manos, su mano era mas grande que la mía y también bastante suave, nuevamente sentí esos cosquilleos por todo mi cuerpo.

Alex iba dándome instrucciones hacia donde caminar, donde pisar exactamente, evitando que callera, hasta que por fin nos detuvimos.

Él no decía nada y eso me ponía un tanto nerviosa, así que lo hice yo.

- No me vas a secuestrar, ¿verdad?

Eso lo hizo reír y suspiro.

-Tal vez - respondió divertido.

-Pues sinceramente no te conviene mucho, mi madre te pagaría por que te quedes conmigo y no me regreses nunca. - este se ríe nuevamente - Y gastarías ese dinero en alimentarme.

-Ya puedes abrir los ojos, pequeña.

Al abrirlos lo primero que aprecio es el mar, ya nos encontramos en la arena. Al bajar mi mirada me encuentro con una manta bastante grande tendida en la arena y sobre esta una caja de pizza, una canasta donde se encuentran mis dulces y snacks favoritos, también una pequeña nevera y junto a esta unas copas.

Vaya que esto no me lo esperaba. Alex es un gran chico, muy amable y respetuoso, pero nunca es de esos grandes o pequeños detalles con las demás personas, ni con sus padres, claro que los ama y les dedica su cariño, pero no de esta forma. Fátima siempre bromea con que parece quererme más a mi que sus propios padres.

Amar es solo para valientes (Miedos y Secretos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora