Capítulo 21- Cobarde

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Capítulo 21

Alex Hernández

Soy un asco de persona, la chica que amo sufre y ya no sonríe, no veo el brillo en sus ojos y eso me está calando por dentro.

Estoy solo en casa, mis padres salieron a una cena con sus amigos y no dejaron clara su hora de llegada. Sali de habitación y fui a la planta baja, me acerque a la barra de bebidas que tenia mi padre y tome una botella, si había tomado cerveza en algunas ocasiones, mis padres me daban esa confianza, pero nunca este tipo de bebidas.

Un chico de casi 17 años no debería beber alcohol, pero que le den a esa estúpida regla. Tome una de las botellas que tenía mi padre, una etiqueta roja alrededor de ella, con detalles dorados, whisky.

Subí nuevamente a mi habitación y me senté en el suelo, quité el sello y di el primer trago, el líquido quemando mi garganta y mi sistema, se siente desagradable, pero lo estaba disfrutado. Trago tras trago. Esos hermosos ojos castaños llenos de triste y decepción me atormentaban, sus ojos rojos e hinchados, yo era el causante de ello, el maldito causante.

Le subí un poco el volumen a la televisión, Happier- Ed Sheeran estaba sonado.

He said something to make you laugh 

I saw that both your smiles were twice as wide as ours

Yeah, you look happier, you do

Ain't nobody hurt you like I hurt you

But ain't nobody love you like I do

Promise that I will not take it personal, baby

If you're moving on with someone new

Carajo, mi vida se sentía tan miserable que me sentía identificado con la letra. Verla reír era lo mejor del mundo y más cuando yo era la razón, sonara egoísta y lo estaba siendo, pero verla riendo con ese chico en la escuela, quemaba más que el Whisky.

Se veía muy feliz con él, en el descaso los vi y ya no paraba de reír, ¿era feliz sin mí?, porque yo sin ella no lo era. Me merecía toda esta porquería que estaba sintiendo, la había lastimado, había hecho su miedo realidad, la amaba y necesitaba cuidarla, poner de mi parte para que lograra ir a la Universidad de Música y que ella fuera feliz, pero ¿a qué costo?

Las amenazas de Roberta eran constantes, hablaría con su tío y nunca aceptarían a Clara en la Universidad, no podía ser egoísta con mi pequeña, confiaba en su talento, pero no en las personas que estaban de por medio para que ella lograr sus metas.

Me sentía asqueado.

Mañana sería el día de la entrega de su proyecto y todo estaba bien, yo solo tenia que actuar como el novio de Roberta para que no lo jodiera todo, sabia que estaba alejando a Clara, pero verla feliz era lo único que me importaba.

Ella será feliz y yo intentare serlo.

Mire la botella que se distorsionaba, había bebido la mitad de su contenido y vaya que hacía efecto.

Observe la púa que colgaba de mi cuello. Necesitaba verla, abrazarla y decirle que todo estaría bien.

Me coloqué mi chaqueta, salí de casa y pedí un taxi, no sabía si el hombre que estaba conduciendo me había entendido la dirección, pero puso el auto en marcha. Al llegar a su casa la vi, estaba con ese estúpido chico rubio, ambos estaban riendo, le entregue dinero al hombre y baje. Mis pasos eran torpes, pero eso no me impidió llegar al frente de su casa.

-Clara necesito hablar contigo. – al instante que escucho mi voz su cuerpo se tensó y parecía no saber que decir.

-Amigo no creo que puedas hablar en ese estado. - hablo el chico rubio examinándome de pies a cabeza, lo ignore y la mire, pude ver en sus ojos decepción, más mierda me sentía.

Amar es solo para valientes (Miedos y Secretos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora