Capítulo 21

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Marco Perlongo

El avión aterrizó, por fin habíamos llegado a Venice. Ya nuestros hombres estaban preparados y ansiosos para la acción; aunque para su desgracia tenían que esperar unos días más... Pero ahora me da igual tener que esperar esos días, ya he esperado a ese imbécil casi un año, por lo tanto, no sufriré mientras estas horas pasan.

Ya nos encontrábamos en la casa en donde íbamos a resguardarnos. Vélez estaba a menos de una hora de aquí, lo cual me daba cierta sensación de triunfo... No sabe que estás serán sus últimas horas, mucho menos que ni siquiera podrá conocer a su querido heredero. Estoy un paso por encima de él, lo cual voy a aprovechar al máximo.

-Lo más probable es que mañana en la madruga o máximo en la tarde lleguen varios hombres que van a apoyarlos. - les digo a toda mi gente y a la de Lewis, los cuales se encuentran de pie frente a mí - Espero que den todo... Porque por supuesto serán recompensados de gran manera. A los que se queden en el camino, ya saben la regla, su familia recibirá su parte. Por ahora, los quiero atentos porque en cualquier momento vamos a atacar... Vuelvo y les repito, no quiero errores porque se los voy a cobrar personalmente. - los miro a todos - Una última cosa, si en caso dado ustedes se topan con Vélez... No tienen ningún derecho a dispararle, lo quiero vivo.

-Entendido, señor. - dicen todos al unísono

-Ahora pueden irse a descansar, los demás vayan a hacer vigilancia. - les ordeno y ellos asienten

Sin decir nada más, todos los guardias salen de la casa para dejarme completamente solo. Me encontraba en la sala de estar, he intentando tranquilizar un poco mi ansiedad ante la situación que está por venir.
Lewis ha estado un poco preocupado y demasiado impaciente, lo cual no me ayuda en lo absoluto; sé muy bien que él busca cobrar su venganza lo más rápido posible... Pero ni por esa razón voy a permitir que dañe mis planes.

Me fui hacia un pequeño bar que se encontraba dentro de la casa, allí tomé una botella de Vodka y me serví un poco de este. Pero para mi desgracia, el vaso cae al suelo cuando un gran estruendo llega a mis oídos.

-¡¡Hijo de puta!! - escucho un grito de Lewis desde el segundo piso

-¿Qué mierda?...

Rápidamente corro hacia las escaleras y las subo hasta llegar al segundo piso. Voy hacia la habitación de Lewis y encuentro la puerta medio abierta... Lo cual me deja verlo de espaldas y  de rodillas en el piso, con varios vidrios rotos a su alrededor.

-¿Qué te pasa? - susurro y entro a la habitación, pero me mantengo alejado de él

-Ese maldito infeliz... - balbucea, pero reconozco la ira en su voz

-¿De qué hablas?

-No le bastó con Axel... - susurra - ¡¡No le bastó con Axel!!

Grita y de la nada tira un vaso directo a la pared haciendo que este se quiebre en mil pedazos.

Se levanta y voltea a verme. Puedo ver sus ojos rojizos y su mirada llena de odio, lo cual me confunde por completo.

-Se metió con lo más sagrado que tenía. - su mandíbula se tensiona

-¿De qué mierda hablas? - lo miro con confusión

-Me devolvió la jugada... - me mira fijamente y se ceño se frunce - Ese maldito infeliz ¡¡Quemó a mi hermana!! - vuelve a gritar

Aquellas palabras me toman por sorpresa, no sabía que los Morgan tenían una hija... Desde que estoy en este negocio de los prostíbulos y los bares, jamás se ha mencionado una heredera Morgan; siempre fueron Axel y Lewis.

El Diablo || 1,2 TEMP Donde viven las historias. Descúbrelo ahora