Capítulo 1

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Jade Brown

Pasan los días y su ausencia comienza a consumirme; la incertidumbre de no saber nada de él hace que todos estos días sean los peores. Tenía miedo, tenía la maldita idea en mi cabeza de que él estaba mal... Miérda, sólo quería saber que todo estaba bien, necesitaba asegurarme de que no le había pasado nada. Pero no podía acercarme nuevamente a él... Ya ha pasado casí un mes desde aquel último día que lo tuve frente a mí. No sé donde está, no he sabido nada de él desde que lo dejé en la cabaña huyendo de quienes lo perseguían.

Una parte de mí, se arrepiente rotundamente de haberlo dejado; pero la otra, está segura que fue lo mejor que pude hacer.

Cuando llegué a casa ese día, me sentí destrozada, acabada y jodidamente infeliz. Recuerdo perfectamente cuando mi madre me vió entrar, tenía los ojos hinchados y mi voz fallaba; me preguntaba asustada que era lo que me había ocurrido... Pero no podía decir nada, solo dejé de hablar y me fuí a mi habitación. Al pasar los horas y los días, el silencio fue el refugio a todas las preguntas de mi madre.

No podía decirle lo que había pasado con Christopher... Bueno, por lo menos en ese tiempo. Ahora sé que en algún momento se lo tendré que decir, pero desde que llegamos a la nueva casa las cosas han estado bastante estresantes.

El lugar era más pequeño, por lo tanto tuvimos que deshacernos de muchas cosas. A Alejo le ha costado un poco acoplarse a este lugar, sigue queriendo volver a casa.

Por otra parte, después de todo lo que sucedió me alejé unos días del bar... Volví hace unas semanas y todo sigue marchando de la mejor manera, pero eso sí, no he vuelto a tener ningún de tipo de acercamiento con Perlongo; se ha mantenido alejado, lo cual no sé si eso deba de tranquilizarme o deba sentir todo lo contrario.

..........

Dos meses después

Mientras alistaba mi mochila para ir al bar había tomado mi teléfono para enviarle un mensaje a Erick, ayer no pudimos concretar si venía a buscarme como costumbre o esta vez me tocaba tomar el autobús.

Las cosas con Erick siempre son un poco más sencillas; fue la primera y única persona a la que le conté lo que sucedió aquél día, y a la vez la decisión que tomé de alejarme de Christopher. Sus consejos me reconfortaron, ya que para él tambien fue una sensata desición. Pero ya no quisiera hablar de eso, ahora sólo quiero intentar quitar el nombre de Christopher de mi cabeza.

Colocando mi mochila en mis hombros le envié el mensaje a Erick preguntándole si vendría por mí. Mientras tanto, salí de mi habitación y bajé hacia la cocina.
El primer piso de la casa tenía una pequeña sala de estar y la cocina que tampoco era muy espaciosa; en el segundo piso solo teníamos dos habitaciones y un solo baño el cual estaba en el pasillo. La peor parte era que ya no teníamos un patio en donde Alejo pudiese jugar, ahora casí todos los días teníamos que llevarlo a un parque que quedaba cerca a nuestra casa.

Hoy tenía turno en la noche y era sábado, lo cual significaba que sería una noche sumamente larga y agotadora.

-Jade, tu comida ya está servida. - dice mi madre al verme entrar a la cocina

-No, mamá. No tengo hambre. - respondo al instante

-Dijiste lo mismo ayer, no puedes estar dos días sin comer...

Camino hacia la mesa y me coloco al lado de Alejo.

-Ayer comí en el bar. Tampoco me provoca comer pasta ahora...- veo el plato que está frente a mí

-Pues, espero que hoy comas en el bar. - se acerca a la mesa sentándose frente a nosotros - Ya es muy extraño que no quieras comer aquí

-¿A qué te refieres? - pregunto al instante

El Diablo || 1,2 TEMP Donde viven las historias. Descúbrelo ahora