𝐁𝐨𝐧𝐭𝐞𝐧 (+𝟏𝟖)

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Advertencia: LEMOOON. ESTA POTENTE.

Antes de que lean quiero aclarar que esto es ficción asi que la rayis es esteril, y aqui no existen las enfermedades de trasmición sexual porque yo lo digo. PERO ESTO SOLO PASA AQUI EN LOS ONE SHOTS, EN LA VIDA REAL SIN GORRITO NO HAY FIESTA.

Mikey odia la forma en que lo miras desde el otro lado de la mesa, los ojos llorosos mientras tratas desesperadamente de esconder el puchero en tus labios, todo hinchado por la cantidad de veces que has tenido que morderlo para practicar el autoco...

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Mikey odia la forma en que lo miras desde el otro lado de la mesa, los ojos llorosos mientras tratas desesperadamente de esconder el puchero en tus labios, todo hinchado por la cantidad de veces que has tenido que morderlo para practicar el autocontrol.

-Alguien quiere un poco de vino, ¿no? -Sanzu se rasca la parte de atrás de su cuello, la tensión flota alrededor de la habitación mientras mira hacia adelante y hacia atrás en la mesa donde Bonten está sentado contigo.

Su líder no dejaba de darle miradas de muerte, quemando los lados de su cabeza cada vez que aterrizaba sobre él, y lo hacía estremecerse.

Tu novio no te quita los ojos de encima, aprieta la mandíbula con molestia por la forma en que has estado actuando todo el día. Lo que más lo enoja, sin embargo, es la forma en que decidiste tomar asiento junto a Sanzu en lugar de él, intercambiando conversaciones coquetas aquí y allá casi como si él no estuviera directamente frente a ti.

De todas las personas, decidiste meterte con él coqueteando con su número dos. El hombre más cercano y leal a él.

Le hace pensar que tal vez no debería haber aceptado dejarte venir a esta reunión. Pero luego, le rogaste con tanto entusiasmo, chupándolo unos minutos antes de que se preparara para irse al hotel en el que Bonten siempre celebra sus reuniones. Quizás también sea su culpa por dejarse influir fácilmente por tus sucias tácticas.

Eso es lo que te metió en esta situación, los muslos se abren de par en par debajo de la mesa mientras él evita que los cierres con su rodilla sujetando la tuya a cada lado. El viento frío lleva aire a tu coño desnudo, las bragas desaparecieron hace mucho tiempo después de que te arrastrara al baño hace unos minutos, arrancándote antes de enviarte de vuelta sin hacer nada.

Tu clítoris estaba hinchado. Todo rojo e hinchado por el roce ocasional de sus rodillas en la protuberancia palpitante tirando de ella hacia atrás en el momento en que empiezas a sentirte demasiado bien, lo que te deja un desastre lloroso. Intentas acercarte al borde del asiento lo más cerca posible, acercando tu coño a él, pero él no te hace caso. Simplemente chasqueando su lengua como si estuviera decepcionado por el comportamiento que estás mostrando.

Está impasible. Rostro desprovisto de cualquier emoción salvo por el apriete de su mandíbula. Si no supiera nada mejor, pensaría que no le molesta nada de esto, que está aburrido, incluso, de todo lo que sucede a su alrededor. Pero esa es la cuestión, sus hombres lo conocen demasiado bien. Saben de lo que se llama la calma antes de la tormenta, una que a menudo mostraba cuando estaba a punto de ordenar que mataran a todos los miembros de la pandilla contraria, una que usa cuando él mismo levanta el arma con la que está a punto de degollar a alguien.

Tokyo Revengers | One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora