𝐑𝐢𝐧𝐝𝐨𝐮 𝐇𝐚𝐢𝐭𝐚𝐧𝐢 & 𝐑𝐚𝐧 𝐇𝐚𝐢𝐭𝐚𝐧𝐢 (+𝟏𝟖)

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Advertencia: Lemon.

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-Princesa. -La voz a tu izquierda resuena contra tu oído, sientes que unos dedos ágiles bailan a lo largo de la sensible piel de la parte interna del muslo mientras el hombre te arrulla cariñosamente, se podría decir que casi se siente reconfortado por el orgasmo que acaba de negar, si no fuera por la burla a su derecha.

-Sí, claro, princesa. -Repite la voz más rica en burla. Corrió balanceando su muslo izquierdo una vez para que usted salte en su agarre y lo saque de su pequeña neblina. -Más bien como un pequeño llorón. -Dice musita, mientras que sin pensarlo juguetea con su batuta.

Sin embargo, a pesar de su comportamiento distante, sus ojos violetas beben de tu forma desesperada, la forma en que lo miras tan dulcemente con tus adorables ojos de cachorro, debe ser horrible que no te permitan correrte.

-Verdaderamente una vergüenza. -Murmura para sí mismo. pero captas sus palabras y gime; sabiendo demasiado bien a qué se refiere sin siquiera tener que ponerte un dedo encima.

-Por favor, estuve tan cerca, Rindou. -Tu voz mansa pilla al Haitani más joven con la guardia baja y le echa una mirada por encima del hombro a su hermano.

No necesitas verlo para saber la respuesta.

Suspirando derrotada, tu cabeza cae hacia atrás sobre sus hombros mientras sientes el frío metal de la batuta de Cor presionando contra tu muslo interno para extender aún más tus piernas sobre las de ellos.

Un silbido sordo acompaña a sus ojos codiciosos que recorren tu cuerpo tembloroso. Debe admitir que rindou hizo bien en irritarte.

-Aw, estás goteando por nosotros. -La risa de Ran vibra contra tu cuerpo y arqueas la espalda para alguna forma de estimulación de tu intimidad, estás intentando frotar tus pliegues contra la suave tela de sus pantalones hasta que los delgados dedos se envuelvan alrededor de tu garganta y te obliguen a detenerte.

-Ran-

-Nuh-uh, no me interrumpas, Rindou.

En realidad, las peleas de sus hermanos, especialmente cuando estás sentada en un muslo de cualquiera de los hermanos, es un infierno. Más aún, cada vez que te corres se eleva en uno de sus viajes de poder y desea no solo que le obedezcas, sino también a su hermano.

Sí, si bien puedes ser su juguete compartido, al final del día tu alegría está en manos de ambos.

-Ahora, ¿Dónde estaba yo de nuevo? -Susurra el Haitani mayor en tu oído, un aliento caliente que hace que la piel de gallina se extienda por tu cuello, felizmente sigue el rastro de ondas hasta tus pezones animados, provocándolos con su lengua hasta que gimes su nombre, y es irresistible no jugar contigo, así que coloca la herramienta debajo de la hinchazón de tus senos, presionando el metal contra tu piel y levantándolos antes de dejar que la gravedad haga su efecto.

Tokyo Revengers | One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora