XXIX

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*Vee*

Isabella regresa junto a Marcus par de minutos después, luce mucho más calmada, así que mi preocupación disminuye considerablemente.

El resto de la cena fluye de forma tranquila, Isa se inventa una historia super divertida de cómo conoció a Marcus y todos incluso yo, sabiendo que era mentira, río a carcajadas, su carisma nos toma por sorpresa incluso a mi padre.

Sin embargo a pesar de que todos nos reímos Anton se ve muy serio, como ausente. Es como si su cuerpo estuviera aquí, pero su mente estuviera vagando por un sitio muy lejano, y horrible porque su rostro no refleja gota de alegría, y para rematar par de veces lo pillé mirándome con esos ojos tristes.

- Todo está muy bueno, -agradece Pamela- si nos disculpan tenemos algunos planes luego de cenar. Con permiso.

La madre de Pamela le hace un gesto para que vuelva a sentarse y no sea tan maleducada pero el señor Rodríguez se ríe e interviene.

- No se preocupe señora Pavlov. Son jóvenes, están en Acapulco y durante la última hora solo hemos hablado de cosas aburridas. -dice con una suave y agradable voz- También Nicolás me había hablado sobre ir a un sitio nuevo que abrieron hace poco luego de la cena.

- Oh, ¿es en serio? -brinca mi amiga- también vamos ahí, podemos ir juntos si quieres.

- Mmm no Pam. No lo molestes, -suelta Dylan- tendrá sus propios planes, además no cabemos todos en su coche. -se mofa.

- Ni siquiera sabemos dónde es. -vuelve a insistir la rubia.

- Claro que puedo llevarlos, -finalmente habla Nicolás mirando con actitud victoriosa a Dylan- es un placer para mí, -esta vez mira a Pamela, se acerca a ella y le tiende el brazo para que lo tome, ella lo hace y Dylan parece molestarse por ese detalle.

Todos nos subimos en la limusina luego de par de minutos esperando por el chófer, es un auténtico carruaje, digno de príncipes y actores de Hollywood.

Obviamente Pam toma lugar junto a su nuevo ligue, dejando de lado a Dylan quién se ve bastante molesto por la situación, pero esto no habría pasado de no comportarse tan borde con mi amiga los últimos días, justo como Anton ha hecho conmigo. Este pensamiento vuelve a retomar mi mente y comienzo a angustiarme de nuevo.

La hermana del mexicano va junto a ellos, más cerca de Dylan, no sabía que venía también. En frente yo tomo lugar al lado de Anton. Pienso par de veces antes de preguntar. Siento como si de repente no tuviera el valor o fuera algo en vano. A fin de cuentas jamás responde a mis preguntas.

- ¿Estás bien? -me decido a preguntar.

Él me mira con expresión fingiendo no entender mi pregunta.

- No has dicho una palabra en todo el día. Y no entiendo por qué llevas ignorándome hace días. Si hice algo mal o pasó algo podemos solucionarlo hablando. Esta no es la forma. -digo casi en un susurro para que nadie más lo escuche.

- No tengo nada, Vee. -besa me frente y estira un brazo sobre mis hombros acercándome a él. Sin embargo su mirada vuelve a perderse a través de la ventanilla.

- Claro que pasa algo. No soy estúpida. Me estás alejando.

No sé que pasa. ¿Por qué está así? Mi primer impulso es alejarme y reclamarle que me haya mentido pero al contrario lo abrazo y acurruco mi cabeza en su hombro, sientiendo ese mágico aroma que siempre trae y me calma, pero esta vez me da más tristeza, como si quedara poco.

- Sé que pasó algo. Ya me lo contarás cuando estés preparado. Solo quiero que recuerdes que te amo demasiado. -musito tras pensar en si debería decirlo.

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