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A pesar de que la mansión se convirtió de un momento a otro en un completo desastre lleno de adolescentes de los cuales muchos venían borrachos de antemano disfruté como jamás pensé hacerlo con la cara de Marcus, era un épico "pocker face" lo cual me alegró en gran medida la noche, tal vez y al final si que tenia que agradecerle algo al troglodita de Anton. Ojo, lo sigo odiando desmedidamente, eso es un hecho.

Incluso escuché que una tal Alexa estaba dando una fiesta que debo decir se arruinó, cosa que me da un gusto tremendo, en el momento en que el idiota de Anton publicó esa estupidez en la web.

La alarma suena buscándose su propia muerte, la tomo con una mano y la lanzo contra la pared haciéndola añicos. Isabella entra en mi habitación como si ya fuera costumbre venir a despertarme cada mañana.

- Chiquilla enojona. La alarma no tiene culpa de tu mal carácter. -dice suavemente mientras recoge los pedacitos en sus manos.

- ¿Cómo es que siempre estás de buen humor? -ruedo los ojos.

Isabella deja de lado lo que está haciendo y se sienta a mi lado en la cama.

- Es más fácil parecer feliz que explicar por qué estás triste ¿no crees? Qué motivos crees que tengo para estar de buen humor si soy la única que queda de mi familia, si no tengo hijos pronto seré la última humana que les sirva, tampoco es que tenga algún "padre de mis hijos". Con la vida que llevo... dime... crees que puedo ser feliz, una vida en la que no soy yo misma, una vida en la que de hecho no existo realmente, ¿crees que alguien me amará así? Y aunque es un placer para mi servirles como lo fue durante generaciones para mi familia no es una vida que yo elegí y que siendo sinceros jamás hubiese elegido. ¿Sabes? tú y Marcus son eternos, por eso desperdician el tiempo como les da la gana. Pero yo... mi familia... No tuvimos nunca una vida, y yo al igual que ellos la estoy dedicando por completo a ustedes.

- Isa... -intento decir algo ante lo impactante de sus palabras pero ella me interrumpe, y me doy cuenta que llora silenciosamente y me pregunto cuántas veces lo habrá hecho durante todos estos años.

- ...nunca fui una adolescente normal, nunca tuve un baile de graduación, nunca tuve un "primer amor", nunca lloré una ruptura porque nunca amé a nadie, nunca fui a un antro a festejar con mis amigas, por favor ni siquiera tuve amigas, jamás he ido al cine ni tenido una cita. Entonces dime ¿crees que he vivido realmente? Me he perdido por serviros muchas cosas, y lo peor es que yo sí que voy a morir, a morir sin haber vivido. Así que no, no Victoria, nunca estoy de buen humor porque nunca he sido feliz. -Isabella seca sus lágrimas y se pone de pie- Ahora si me lo permites voy a hacerte el desayuno. -y dicho esto se va.

Me quedo atónita, jamás la había visto así, de hecho creo que jamás habíamos conversado de esta forma, pues aunque su familia durante siglos nos ha servido yo jamás les presté demasiada atención, bueno tampoco Marcus, supongo que estábamos demasiado ocupados en nuestros asuntos que no nos dimos cuenta de cuantas personas no solo nos habían entregado sus vidas por completo sino que nos habían sido fieles hasta el final. Que fueron muriendo en diferentes partes del mundo en diferentes épocas y que quedaron atrás e Isabella ni siquiera tiene una tumba donde visitarlos.

¡Oh, Isabella! Lo siento tanto.

Mi humor cambia considerablemente luego de desayunar, Isa se comporta muy dulce como siempre, como si nunca hubiera confesado lo miserable que es su vida para ella.

- Está delicioso. -digo mordiendo mi sándwich a lo que ella sonríe abiertamente.

- Es lo único que me queda bien, jamás aprendí a cocinar.

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