Leah.
Con todo lo que estaba pasando en mi vida, ni siquiera tenía ganas de alegrarme por el hecho de que estaba siendo abrazada por Adrien. Nos encontramos en su habitación, mi cuerpo entre sus piernas, mi espalda contra su pecho y sus brazos alrededor de los míos. Incluso puedo sentir sus olor... y se que me pareceré a aquella protagonista de la cómica que mi padre solía ver... pero su aroma era tan radiente, despreocupado, soñado... tan Adrien. Me rio mentalmente por el pensamiento.
Siento otro beso en mi sien y cierro los ojos, encogiéndome entre sus brazos e inhalando más de su aroma.
– Todo estará bien, Leah. Tus padres volverán, tendrás a tus hermanos contigo, ganarás la beca por tu méritos y lo de la demanda se resolverá.
–¿Que hay del equipo de porristas? –suspiró– Invertí mucho tiempo alli, y es cierto que incumplí las normas... pero he tenido la cabeza tan ...
– Lo sé. –Besa mi cabello. Y alzó la cabeza, pasando mi nariz por su mentón, el sonríe. – Escucha, Leah... tu podrás con todo, eres fuerte. Demostrarás que eres Leah Sprayberry y nada podrá detenerte, ni siquiera una chica con complejo de superioridad que dice ser tu amiga.
Asiento, y por un instante, siento que puedo con todo.
– Gracias, Adrien.
– No hay problema. –hace un ademán de levantarse y ruedo la cama, permitiéndole levantarse. Veo que se acerca a su closet y frunzo en ceño.
– ¿Qué haces?
– Buscando mi traje de baño, iremos a la playa.
Suelto un risa sarcástica. – ¿Estas bromeando?
Parece que encuentra su dichoso traje, ya que se da la vuelta y me mira. – No.
Toma una toalla y unos lentes de sol.
– La playa más cerca es Coney Island y no pienso manejar tan lejos. Tampoco tengo un vestido de baño.
Se encoge de hombros. – Yo conduciré, y por lo del vestido... puedes bañarte en ropa interior, es lo mismo.
– No lo haré.
– Lo sé, era broma. En la playa hay tiendas donde podrás conseguir uno.
Toma mi mano obligándome a levantarme, cierra la puerta de su recámara y señaló a la puerta donde mi hermano está encerrado mutilando sus tímpanos con una canción que suena a una invocación satánica.
– ¿Qué hay de Alan?
Adrien se encoge de hombros y rueda los ojos. – Estará bien. Vamos.
(...)
Nos tomó cuatro malditas horas llegar a la dichosa playa, incluso estaba empezando a anocher. Como era día de semana, no estaba tan concurrida la playa como de costumbre, las familias se estaban retirando a sus hogares o solo quedaban unas cuantas personas.
Adrien coloca la alarma al auto y me tiende un billete de $20.
– ¿Para que es esto?
– Para un vestido de baño. –su voz sale tan obvia, como si me hubiese dicho que el agua es incolora e insabora.
– ¿Crees que encontraré un vestido de baño con esto?
Pasa a mi lado, restándole importancia.
– Es solo por unas horas Leah, luego puedes volver a tus atuendos caros.Abro mi boca, mientras veo como camina hacia la orilla y tiende dos toallas, para luego proceder a quitarse su camiseta. No necesito un espejo para saber que estoy casi babeando con solo ver su espalda. Voltea a verme y guiña un ojo antes de tenderse sobre la toalla.
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Leah Meets World
FanfictionLeah nunca ha seguido las reglas. Suponía que eso era algo genético. Se encontraba en su último año de secundaria, y a su corta edad había tenido todo lo que había querido. Cada capricho que tuviera en su cabeza, era cumplido en horas. Bueno, no t...