Capítulo 8.

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Debo admitir que la boda fue entretenida y hermosa, aunque nunca había asistido a una. Ahora mismo observaba a la pareja de novios, ahora esposos, bailar al ritmo de una canción lenta, todos estaban cautivados viéndolos, incluida yo.

Solo esperaba esta alguien día en esa posición, quizá fuera una "chica mala y rebelde", pero seguía siendo una chica con sentimientos inmaduros e irreales, como que algún día alguien me amaría como papá ama a mamá, el abuelo Shawn a la abuela, e incluso Alan amaba molestarme.

La silla a mi lado es ocupada, Kylan me tiende una copa de vino blanco, mientras él se lleva una cerveza a su labios. Lo miro ofendida, y espero que aparte la botella de su boca para tomarla.

¿Por qué los hombres pensaban que a las mujeres no nos gustaba la cerveza?

Él me mira con una ceja alzada cuando deposito la botella, ahora vacía sobre la mesa que se encuentra a nuestras espaldas.

− No dejas de sorprenderme, Leah Sprayberry. −     me río por el tono en el que lo dice, parece que es sincero.

Antes de responderle alguna incoherencia, la pareja deja de bailar y todos aplauden, eso hace que mis hilos de pensamientos se pierdan. Los novios se sientan en la mesa principal, y eso me hace cuestionar el porque no estamos en ella, recuerdo el trato que todos tuvieron con Kylan, fue amable e incluso algunas personas lo miraban con orgullo, quizá tenía problemas con su hermana mayor, el igual que yo los tenía con Alan. Y lo repito, no es que odie a mi hermano, pero estaba harta de ver la mirada de adoración de mis padres hacia él, es la misma que la madre de Kylan, Zoey, le da a su hija. Por lo que asumo que Kylan se siente de lado, lo cual comprendía. Yo tenia dos hermanos que no dejaban de darle orgullo y medallas a mis padres, yo también lo hacía, pero estos eran menores que los problemas que ocasionaba regularmente.

La música cambia a otra suave, pero esta si la conozco, chillo mientras me levanto y tomo la mano del pelinegro, este se sorprende pero me sigue a la pista de baile, la cual esta bajo un gran arco de bombillas.

Él me observa dudando si tocarme, ruedo los ojos y guío sus manos a mi espalda bajo, tomo su otra mano y dejo que marque el ritmo, luego de unos cuantos pasos, admito que no se le da mal.

Me rio cuando sin querer pisa un poco mis pies, sin embargo sigue moviéndose y desplazándonos por toda la pista de baile, algunas personas nos miran, lo cual hace que me de un poco de pena, sin embargo Kylan sonríe de una manera que me tranquiliza, y entonces comenzamos a dar vueltas, y el me alza como si estuviésemos en un gran salón y este fuera un baile de castillo, sinceramente nunca me había reído tanto como hoy, ni tampoco divertido con alguien que no quisiera solamente llevarme a la cama.

La música llega su punto cumbre, y para ese momento, nuestros cuerpos están mas juntos y nuestras frentes unidas, incluso nuestras narices comienzan a rozarse, me alzo un poco en puntas, para unir nuestros labios, entonces pasa.

Siento un líquido frío recorrer mi cuerpo, por lo cual me alejo de Kylan, mi vestido azul cielo ahora tiene una tonalidad lila debido al ponche que me habían lanzado. Siento una mirada cargada de odio en mi, y alzo la vista. Una pelinegra más alta que yo y con apariencia de "todo el mundo me pertenece y tu eres mi esclavo", me mira con una sonrisa mientras sostiene lo que es al parecer una cubeta de hielo, dándome a indicar que eso fue lo que utilizo para lanzarme el líquido.

Mi mirada de vergüenza, se transforma en una de enojo y rabia cuando observo que su sonrisa solo aumenta. Antes que de un paso para ponerla en su lugar, la madre de Kylan aparece y me observa.

Leah Meets WorldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora