Capítulo 26.

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Dylan.

– ¿No podías bajarte tu en vez de mandar a Jayden a buscar a Leah? –se queja mi amorosa esposa.

– No, no podía dejarte sola en el auto, quizá nos dejabas a todos botados acá.

Ella abre la boca indignada, y se gira.

– ¿Crees que voy a abandonar a mis hijos?

Mofo y miro hacia adelante, la escuela está prácticamente vacía, Leah siempre había sido un ratón de biblioteca. Mis hijos sinceramente no habían heredado nuestros genes. Supongo que el más parecido a nosotros era Jayden. Alan era tan nerd... que estoy seguro que lo sacó a su madre, Alana. Y Leah, bueno... al imbecil de su padre, Josh Matthews.

– Tampoco creí que me engañarías, pero aquí estamos.

La puerta de atrás se abre y veo a mis hijos menores subirse.

– Hola papá, hola mamá. –saluda Leah, Jayden cierra la puerta y suspira en cansancio– La proxima puede bajar uno de ustedes, Jay está al borde del desmayo.

– Cállate. –responde mortalmente el castaño.

Leah le saca la lengua. Enciendo el auto viendo como comienzan una pequeña pelea en el asiento trasero.

– Ya paren los dos. –los regaña Maya.

La pelea acaba con un golpe de Jayden hacia su hermana y se queja de dolor.

El orfanato quedaba afueras de la ciudad, por lo cual era un viaje algo largo, Alan y Adrien nos esperarían alla, ya que les quedaba un poco cerca de su universidad.

Luego de una hora de viaje la cara de Jayden aparece entre los asientos y acomodándo su cabeza en el asiento de copiloto, el cual ocupaba su madre.

– ¿Donde dormirá Halle? –pregunta mientras su madre acaricia su mejilla.

– En la habitación de Alan unos días, mientras sacamos las cosas que dejo tu hermano y lo adecuamos como ella desee.

– Estoy seguro de que Leah podrá prestarle unas prendas hasta que mañana salgamos a que compre ropa que le guste.

– Claro, papá.

– No queríamos imponerle gustos o algo, queremos que ella misma escoja su ropa y ambiente su habitación a su estilo.

Leah aparta a su hermano del espacio y coloca su cabeza en el asiento, incluso evita el contacto de su madre con recelo. Creo que aún no está lista para volver a lo que eran.

– ¿Eliminarán el santuario de Alan?

– Tu hermano está algo mayor para seguir teniendo una habitación cuando sus hermanos necesitan. –respondo y veo cómo aparece una sonrisa en su cara.

– Cuando nazca el bebé, le daremos la tuya. –dice su mamá y Leah abre los ojos.

– ¿Qué? ¿Por qué?

– Te vas para la universidad, Leah. Tu hermano bebé necesitará una habitación y tú no estarás en casa. Arreglaremos la casa de la piscina para que puedan quedarse allí cuando nos visiten.

Leah bufa y Jayden se burla.

– No te sientas especial, fuiste un accidente de aniversario. –lo ataca Leah.

– Hey.

Pasa otra hora de viaje, antes de que Maya hable.

– Debes parar en un lugar cercano, el bebé está golpeando mi vejiga. No aguanto más.

Leah Meets WorldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora