Dos años después, presente.
Leah.
Me baño mientras escucho una nueva canción, me gustaba el ritmo.
– Siri, agrega la canción a mi biblioteca.
La voz inteligente confirma mi pedido y me coloco debajo del agua para lavar el acondicionador de mi cabello.
Una vez termino de arreglarme para otro día de clases, tomo mi mochila y el bolso donde se encontraba mi uniforme de porrista.
Bajo las escaleras, la música clásica qué hay en la cocina me anima. Papá se encuentra escribiendo en su teléfono mientras mamá está sirviendo el desayuno. Jayden, mi hermano menor, está terminado a última hora una tarea. Como siempre.
– Buenos días, papi. –beso su mejilla y este rueda los ojos.
– No te devolveré el auto. –responde y lleva una tasa de café a sus labios.
Coloco mi mano en mi pecho, me ofende.
– ¿Enserio piensas que te tratando de manipular?, me ofendes. –tomo lugar al lado de Jayden– Nunca pensé que podrías herirme, papá. Pensé que era tu favorita.
– No tengo favoritos, Leah. Los amo a todos por igual.
Asiento y le guiño un ojo. – Claro, claro.
– Buenos días para ti también, hija. –mamá bufa y coloca un plato frente a mi. – No me des tantos besos.
– Mamá, el hecho de que Alan no esté no significa que ahora yo soy la que tenga que darte besos en las mañanas, Jayden puede tomar el lugar del lame culos.
Mamá me mira enojada, y sonrío. Me encantaba enojar a mamá.
– Leah, ese lenguaje. –papá me regaña.
– Bueno, el lame culos de tu hermanos los pasará a buscar a la escuela para ir al cumpleaños del abuelo Shawn. –me informa.
Ruedo los ojos, genial.
(...)
– Heather, estoy a poco de golpearte en una teta si sigues llorando por ese imbecil. –Jenna le gruñe a la pelirroja.
– Le di mi maldita virginidad y aún así el imbecil me dejó. –sigue lloriqueando.
Tomo sus hombros y la obligó a mirarme.
– Jen y yo te advertimos que no lo hicieras, pero siempre haces lo que quieres.
– Él me dijo que me amaba. –sorbe su nariz.
– ¡Para meterse en tus pantalones, pendeja!
– ¡Deja de insultarme en español!
Jenna y Heather eran mis mejores amigas, desde que tenia memorias éramos nosotras tres contra el mundo.
Jenna Torres era latina, chica aguerrida con un carácter intimidante, su cabello negro y ojos café volvían locos a la mitad de la población masculina de la secundaria John Quincy Adams.
Heather Anderson, capitana del equipo de porristas y abeja reina de la escuela... eso mientras no estuviese enamorada, cuando eso ocurría se volvía un mar de llanto.
Y luego estaba yo, la rebelde del grupo. Mi pasatiempo era el grupo de debate y el equipo de porristas, donde estaban mis otras amigas. Mi cabello rubio con mechas rosadas me daba un aspecto de chica mala la cual me consiguió unos cuantos acostones a lo largo de los años. Los chicos tenían una debilidad por las chicas malas, por lo tanto siempre tenía un pretendiente.
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Leah Meets World
FanficLeah nunca ha seguido las reglas. Suponía que eso era algo genético. Se encontraba en su último año de secundaria, y a su corta edad había tenido todo lo que había querido. Cada capricho que tuviera en su cabeza, era cumplido en horas. Bueno, no t...