Leah Meets World

Capítulo 9.

Adrien

¿Saben lo duro que era amar a alguien en secreto? ¿Y más cuando tenías que verla todos los días?

Yo llevaba tres años enamorado de la misma persona, Leah Sprayberry. 

Recuerdo como me miraba con celos infantiles cuando alguna de mis conquistas de mi adolescencia se sentaba en mis piernas, las mirabas de odio hacia las chicas cuando estaban me elogiaban e incluso la vez que la pille escribiendo nuestros nombres en un corazón. Leah apenas estaba entrando a la adolescencia cuando supe que la quería, no de una forma enferma ni pedófila, yo era un adulto y ella era una niña. La quería, le tenia aprecio a la hermanita de mi mejor amigo. 

Sin embargo me gustaba saber que le atraia, por eso en las tardes jugaba en la cancha de basquetbol que estaba en mi casa sin camisa, aprovechando la oportunidad de que  esta estaba al frente de su habitación. Incluso mojaba mi camisa apropósito cuando sospechaba que se encontraba entre las gradas con sus amigas, observando a escondidas mi prácticas de fútbol.

La primera vez que quise besarla, fue cuando regreso del campamento de porristas, acaba de cumplir quince años y la adolescencia la estaba favoreciendo, aparte su odontólogo había removido sus frenos y cabello ahora era mas largo. Yo estaba entretenido con un videojuego, Alan a mi lado sostenía una cerveza y me contaba sobre su última conquista, sinceramente nunca le prestaba total atención a mi amigo cuando hablaba de chicas, pero en cuanto Leah entro a la casa, todo mi mundo se paralizó. 

Llevaba unos pescadores azul marino, los cuales resaltaban lo mucho que se habían alargado sus piernas y los tonificadas que estas estaban, su camisa era de tirantes blancas la cual parecía un poco masculino, pero no a ella. No. A ella le quedaba de Puta madre, esta se encontraba recortada dejándome ver su ombligo que ahora se encontraba perforado. Subí mi mirada encontrándome con unos pechos algo grandes para las chicas de su edad, su cuello se veía tan virgen y tentador. Sus labios estaban más predominantes aunque con una pequeña cortada en ellos, y sus ojos de un azul igual al cielo, aunque con una pizca de gris en estos. Su cabello rubio ahora estaba rozando su cintura. 

En el momento que fija su mirada en mi, juraría que un jadeo salió de mis labios. Un sonido perdedor sale de mi consola, lo que me hace salir de mi trance celestial.

– ¿Qué haces aquí, Leah Lee? – le pregunta su hermano, esta rueda los ojos por el nombre que utiliza para referirse a ella.

– No es tu problema, no te he preguntado que haces tú aquí entonces no te metas conmigo. – suelta, ambos nos miramos sorprendidos. 

Era la primera vez que Leah le contestaba de esa manera a su hermano, tan petulante y altarena.

Sus padres entran detrás de ella, cargando sus maletas.

–  Por sus rostros puedo notar que Leah ya repartió su amor por aquí. – habla su madre, la mencionada le da una mirada de muerte y sube a su habitación. – Piensa que porque tiene un poco más de tetas puede salirse con la suya. 

– ¿Qué hace aquí? ¿No venia dentro de dos semanas junto con Jayden? – pregunta nuevamente Alan, su padre suspira pesadamente.

– Al parecer el equipo rival corto el cabello de su mejor amiga, y tu hermana como la vengadora que ahora se convirtió, armo una gran pelea.