La paliza fue tan fuerte que perdí el conocimiento. No me bajé de aquella roca. Tampoco pudieron impedir que la conquistara. Fue un gran triunfo para un mestizo de corta edad. Pero, ¿a qué precio?
—¡Fue una completa estupidez! —Gruñía un furioso Skorro a los pies de mi cama creyendo que todavía dormía.
—¿Estás de coña? —Rebatió T. Sonaba orgulloso—. El cachorro ha demostrado tener pelotas.
—¿Por qué? ¿Por comportarse como un matón? Discrepo, T. Las cosas no funcionan de ese modo. Makhulu está furioso.
—Dejadlo estar de una vez— terció Kiara—. ¿Quién ha ido a recoger a los chicos?
—Rasta y El Guapo se están encargando de ellos. Shaka está tratando el asunto con Makhulu.
—Mami— hablé con voz trémula.
Los adultos clavaron con la fijeza propia de nuestra raza sus ojos en mí. La leona relajó las facciones sonriendo con preocupación.
—¿Cómo está mi cachorrito?
—Me duele mucho la cabeza. ¿Qué ha pasado?
—Que te comportaste como un imbécil—. Skorro me observó con mucho enfado.
Kiara le lanzó un bufido de advertencia. Los dos machos retrocedieron. Mi madre-leona se sentó a mi lado y me acunó con dulzura.
—Cariño, las cosas no se solucionan así. Si te pasa algo acude siempre a un adulto. No quiero que te vuelvas a pelear.
—Esa chica es mala, mami. Fue mala conmigo.
—En éste mundo habrá mucha gente que será muy mala contigo, ¿lo has olvidado? —Kiara miró a Skorro con mucho odio. Él la ignoró por completo—. Eso no significa que te mates con todos.
—¿Me puedes explicar lo que significa entonces ser medio león y cuidar de tu Orgullo? —T volvió a la carga.
—Chicos, prefiero que Makhulu se haga cargo de esto. Dejad que mi pequeño descanse.
Skorro y T, con sus impolutos trajes de diseño, asintieron y salieron de la habitación privada del hospital. Yo acomodé la dolorida cabeza en el pecho de mi madre e intenté descansar.
Makhulu no estaba nada contento con lo ocurrido. Abrí los ojos para encontrarme con su férreo semblante serio. Habría llegado en algún momento de la noche y la habría pasado en el sillón individual de la habitación. La chaqueta del traje reposaba sobre el respaldar de una silla. La sobria corbata suelta. Las mangas remangadas, los tirantes caídos sobre sus caderas. El largo cabello de puntas oscuras recogido en un moño masculino ya desaliñado al igual que la poblada barba que caía sobre su pecho y que solía llevar al estilo vikingo, trenzada con aquellos anillos con el símbolo del clan.
Había pasado muy mala noche. De eso no había duda.
A pesar de su enfado, vino hacia mí y juntó su frente con la mía. Yo di un respingo por el lacerante dolor y escondí la cara, la parte que menos me molestaba, en el cuello de Kiara. Comencé a lamérselo como hacía con mi propia madre cuando era muy pequeño y buscaba consuelo.
—Está muy dolorido, cariño.
—Lo se, nena. Lo sé.
Makhulu no se inmutó cuando la puerta de la habitación se abrió. Me eché a temblar en los brazos de mi madre cuando vi a los adultos al completo. Skorro tenía cara de pocos amigos. El Guapo y Rasta parecían a punto para la pelea. Shaka y T estaban más relajados.
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Scarface: El último Mapogo (+18)
AdventureAlexander "Scarface" Mapogo es el último descendiente del gran rey Makhulu. Scar hereda un vasto territorio en el que conviven en paz diferentes tribus humanas y de cambiaformas. El valiente y díscolo metamorfo deberá encontrar a su reina o reinas p...